Wednesday, July 23, 2014

A Letter to Senator Liz Warren

Although even the crews wave at her, Senator Elizabeth Warren says she is not running for the 2016 presidential election, and she could be telling the truth. That’s not normal among politicians, who are used to lying as actors do about the pettiness of their life, though for once, this could be true. At the very least people wave at her because she looks like the kind of politician everybody —even conservatives— wish for: a true and honest representative of the people, able and willing to fight for the people they represent.

Warren has many reasons not to run.  First, the embarrassment for a party already set to nominate and support Hillary Clinton, after the negotiations for Obama. This is serious, no matter how much people love Miss Warren. A politician cannot survive without the support of the party to which he/she belongs and this is the first rule a politician knows [and respects] like a convention, no matter either how honest and true he/she may be [Period]. That means that overstepping, ignoring or challenging the accepted beliefs can be interpreted being a traitor to the party, and a smart politician will not go against the political machinery he/she has agreed to represent. At this point we could be a little cynical, and see that it is not about ideological, but about political interests made easy by that ideological [moral] part.

But that’s Warren’s motives for not running now, and everybody know that if it does not happen now it will happen later; four years or eight —after Hillary, it is understood—? Maybe, but then will people still be waving at Warren or will they be sick by then of this other politician who could again betray then? That means that today Miss Warren is lead to the classic question: to be or not to be… a real politician, but what is a real politician? A representative of the people —as she is now— or a crony with a fabulous way of life… within the party? For sure, if Warren does not run this time this will be a statement louder than her curses over Wall Street. Voters will know they were cheated once again, and disappointed, they could turn to a renewed Republican Party. Yes, the Republican Party exists and it is illogical that it will continue forever ruining its prestige and relevance over the American tradition. Let us be clear more than emotional, the extreme right has arisen over the Republicans because they felt cheated and deceived, not because they are morons. In addition, Democrats are ruining their party’s prestige and relevance, in a mirror situation that reflects the situation in the United States.

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However, just as Warren could be setting her race for four or eight years into the future, so could Republicans be planning a strong candidate during this time. This would mean that it could be too late for Warren. Miss Warren should remember her own words, and know that her duty as a politician is not about what she or the party wants but about what the needs are of the people who pay her great salary and benefits in these hard times. That is why Miss Warren maybe not be ready for Warren, but she’d better be.

Friday, July 18, 2014

Discurso de Adriano

Al césar lo que es del César,
pero lo que es mío, cuándo será mío
C.P.
No, no todos los caminos
conducen a Roma;
algunos conducen a ti, todos los míos;
a tu terrible perfil de favorito
soñado por todos, mas
reservado por el odioso Dios
que te nos niega y te acoge para sí.
No importa ni siquiera por dónde sale el sol,
es tu sombra la que alarga, como la fatalidad
de un camino del César triunfante
que no muere en Roma
sino en ti.


Tuesday, July 15, 2014

The golden secret

La relación directa entre la música y las matemáticas, no tardaría en inspirar una intención de racionalidad filosófica que aplicaría la ciencia a la realidad; de ahí los esquemas lógicos, que sin embargo no alcanzan a comprender de suyo y hecho lo real en cuanto tal; dado que su valorización de eso real suele reducirse al manejo de cantidades, excluyendo lo excepcional. De ahí que, básicamente, la realidad siga siendo incomprensible al pensamiento racional; para el que la lógica, incluso o sobre todo si matemática, no pasa de ser una reducción. Eso aún tiene utilidad filosófica, en tanto es congruente con el problema de los procesos abstractivos; según los cuales, en tanto parte de su objeto [lo Real], el sujeto de conocimiento no puede comprenderlo de hecho. Sería por eso que la facultad abstractiva, en tanto separación de lo real en una proyección formal suya, resolvería esta contradicción; pero sólo mutilando la consistencia de ese objeto cognitivo [lo Real], al reducido a esa proyección formal suya.

En ese sentido, la lógica, incluso o sobre todo si matemática, funcionaría respecto a la realidad como las funciones básicas de la matemática; esto es, como una regla, en una comprensión limitada, que no puede cumplirse ante la excepción exponencial o logarítmica. La Razón es así como una suerte de pensamiento de primer grado al resolverse en frmas [#] naturales, cuando las ecuaciones en que se resuelve la realidad serían de segundo grado; ya que la condición primera de lo real es la excepcionalidad en que se resuelve puntualmente, en cada uno de sus fenómenos, que son únicos y últimos. Haría falta, pues, una regla de segundo grado, que comprenda esa excepcionalidad; de modo que pueda accederse al menos a alguna de las determinaciones trascendentes de la realidad, y así facilitar su comprensión, siempre progresiva pero al fin definitiva.

En este sentido es que podría traspolarse la función de las constantes matemáticas, que no sólo comprenden la excepcionalidad sino que de hecho la determinan; como en los casos primeros de los números Pi [π] y Fi [Φ], que resolverían la relación entre lo real [el Ente], y su esencia o determinación [funcional]. Eso no es gratuito, aunque su “necesidad” sea aún nebulosa, dándose como una intuición; pues si Fi es la constante de racionalidad, Pi es la constante que determina el Acto como culminación del Ente, en tanto extensión de lo real. La traspolación, que puede sonar forzada, relacionaría la circunferencia como equivalente del valor de lo real; cualquiera que sea la extensión de esa circunferencia, pero en todo caso como resolución definitiva de la forma en su máxima perfección [geométrica].

El problema aquí es que la realidad, como la circunferencia, sería de extensión abierta; es decir, no determinada fuera de la racionalidad, y por tanto aún incomprensible hasta la comprensión última de esta determinación. Para lo que habría que traducirla a números racionales, en una fórmula aún por describir; entre tanto, aunque todavía por demostrar, la fórmula de la realidad sería E [π x Ω] = Φ. Donde Fi es la determinación [última] de Pi; y la razón ha demostrar sería que es la resolución de Fi a partir del número Pi, despejando el exponente Ω; en lo que sería el ejemplo perfecto de la estructura espiral inversa del caracol, como comprensión [reversa] de la realidad por su determinación. La intuición básica en que se apoya esto es en la suposición de un valor algorítmico propio de la realidad como extensión en que oucrren las cosas como fenómenos; proveniente a su vez de la singularidad en que coinciden todos los oráculos religiosos [Ifá, I-Ching, Cábala] con una secuencia numérica de valor binario; con base en la octava posición de la secuencia Fi [# 21]. 

Según esto, la secuencia oracular es infinita como la numérica, pero igual que esta tiene sus propias recurrencias y puntos nodales; es a estos a los que se refieren los oráculos como formas arquetípicas o primeras, capaces de contener las dinámicas en que se desarrollan dramáticamente los fenómenos. La secuencia de Ifá, con 256 signos, es reducible a dos, que se leen en reversa [# 4]; la del I-Ching, con sesenta y cuatro signos, es reducible a dos, sucesivamente conjugados entre sí, sin valores intermedios; y la de la Cábala es una suma total e irreductible de 32 signos, dado por los diez sefiroths [formas] y los veintidos caminos [potencias] que los relacionan entre sí.  Aunque como principio todos son intercambiables por sus valores, el más óptimo de todos, con obvio valor intelectual, es el sistema de la Cábala; que desentendiéndose de los casos particulares no tendría valor práctico, atendiendo a la sistematización universal del Ente en sí mismo y como tal, en una suerte de neo Organon aristotélico...

...Pero Dios es más grande [Alá akbar]!

Conversación en la catedral

Una cocina no tiene nada que ver con esas historias románticas sobre cheff milagrosos, unos tipos casi magos que hacen alquimias con las especias; una cocina es una estancia del infierno, y un cheff es el demonio encargado de regirla, sobre todo si es francés. No es que el mito no tenga su substancia, después de todo las hierbas de Provence son famosas; incluso después del descubrimiento de las Indias Occidentales, que ya es mucho decir, y eso aparte del enorme recetario que blanden incluso en la cara de los pobres catalanes. Lo cierto es que, de cualquier forma, si uno es cocinero busca trabajo en las cocinas; aún a sabiendas de que son el infierno, sobre todo si están comandadas por un gabacho. Tampoco es que uno tenga mucho prejuicio contra los gabachos, si en realidad se trata de lo contrario; porque, imagino que sea una cuestión genética, de falta de anticuerpos, yo en lo particular carezco de ellos, soy extremadamente débil y sensible a lo adjetivos combinados de francés y varón.

Esta vez se trataba de conseguir trabajo en un restaurantucho francés, lo que no era muy preocupante; en estos tiempos globalizados, un restaurante francés puede ser regentado por un albano, uno chino por un holandés, y así infinitamente. Entonces, esta catedral —fue el apóstol el que habló de que el cuerpo era el templo del espíritu, y en aquellos tiempos el sacerdocio era pontificio, no presbiteriano; así que sin muchas sutilezas se supone que el cuerpo es la catedral, que el espíritu la divinidad que lo habita, y la persona el sacerdote a cargo—; como decía, esta catedral llegó al restaurantucho, y fue entonces que ocurrió el diálogo interior, que así es obvio que ocurrió en la catedral.

Alertando al pobre obispo de esta catedral, se oyó claramente la voz del angelito guardián, que advertía: “Es francés”, y acto seguido el acento dulzón del demonio particular que susurraba: ¿Te imaginas, es francés?; seguro que su cuerpo huele a hierbas de Provence y seguro se sabe las sagas de Brenan. El angelito, sin perder la compostura, echó mano a otro recurso: “Es el cheff”, dijo con severidad; pero ahí mismo el maldito demonio hecho mano a una nota más dulce aún, y susurró: “¿Qué te parece?, es francés, y además es el cheff”. Un santo corrió en ayuda del angelito gritando: “¡Pero es heterosexual!”; y el demonio que enumeraba parsimonioso y dulce en su tentación consecutiva: “¡Es francés, es el cheff.... y además heterosexual!”. “¡Pero es casado!”, se escandalizaba en vano el pobre ángel”; “¿Viste?, además es casado —repitió inalterable el demonio—; no sólo es francés, el cheff y heterosexual, también es casado”.

—¡Basta! —ese fue el grito que resonando en los espacios del presbiterio interno diluyó la discusión, dándole espacio a la trémula voz de este obispo—; bon jour, monsieur, may you need a help in your kitchen?

Monday, July 14, 2014

Elogio de Rafael Rojas!

Por Jorge de Armas

El amor de las estatuas!

Este año se cumple el centenario de la muerte de Delmira Agustini, una de las figuras cumbres del Modernismo; que no sólo fue un movimiento literario importante, sino que con ello sellaría también la madurez de América Latina en su expresión cultural. El Modernismo tendría también otra peculiaridad, quizás por ser la exacta expresión de su tiempo como cultura política; y es la de separar claramente su literatura entre la escrita por los hombres y la escrita por mujeres, en relación directa con sus intereses tan particulares como distintos. En ese panorama, América Latina sería rica en sacerdotisas y adoratrices, desde la precursora Inés de Azbaje y la cubana Gómez de Avellaneda; pero como el nudo de un abanico, en que una de sus varillas centrales habría sido la uruguaya Delmira Agustini, con líneas como la de esa plegaria que interpela a Eros si nunca tuvo piedad de las estatuas.

Para hablar de la Agustini en este centenario, el también uruguayo Diego Fischer acaba de publicar una biografía suya; satisfaciendo la expectativas que sembró desde su publicación de la primera biografía de Juana de Ibarbouru en el 2009, con notable éxito y hasta adaptaciones para el teatro. Sin embargo, el título de esta vez [Serás mía o de nadie] está muy lejos del alcance de su trabajo sobre la Ibarbouru; quizás porque es un trabajo más convencional, que no conlleva la energía del primer esfuerzo, y que también se apega a la pobreza del periodismo más que el dramatismo literario. Serás mía o de nadie es un recorrido bastante completo pero somero sobre la vida de la poeta, y no ahonda en la singularidad formal de su poesía; sino que se recrea en el peso social de la autora, con ciertas indagaciones en su perfil psicológico, y concediendo con ello gran protagonismo a la figura de la madre, que por momentos logra desbordarse sobre la hija.
Diego Fischer
Esa, de hecho, parece haber sido la circunstancia de la autora y el desencadenante de su tragedia; pero no es lo que la hace interesante y singular como la figura literaria que es, cuyos versos aún pueden marcar el canon de un neorromanticismo. De hecho también, tampoco aclara —ya que de perfil psicológico se trata— la intensidad de ese erotismo suyo; que a diferencia del de la Ibarbouru, por ejemplo, es el de una mujer obligada a aniñarse ante la autoridad de la madre, que llegaría a lastrarla sentimentalmente. Quizás la respuesta a estas carencias esté precisamente en las referencias que maneja Fischer, y cuyo listado es más que promisorio; pero nada de eso se encuentra en este libro, que puede servir como prontuario a un acercamiento más detenido e inquisitivo sobre literatura tan espectacular como la de esa mujer; pero cuyo aporte más decisivo en este sentido es la teoría de que su muerte fue un pacto suicida con su ex esposo y amante, nada más. Igual no es poco, en tiempos de la mayor banalidad en medios que de ser de masas han pasado a ser masivos; pero tampoco es suficiente, como una risa cruel con que Cupido respondiera a la autora convirtiéndola a ella misma en estatua.

Friday, July 11, 2014

Rafael Rojas, next in line!

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