Narciso
A Vicente
Echerry
El Diablo
estuvo en mi camaComo un espejo, era de agua
Y fue a mí mismo al mal
Que acaricié como ajeno;
Fue mi propia boca desdentada
Donde introduje la lengua
Buscando sabe Dios qué venenos
Que ya se empozaban en
Mi propia alma.
Su piel tan blanca y mórbida
Y la mirada de pretendida inteligencia,
Carnosos los labios como el culo
Y poblada la ceja
Cual una amenaza en el horizonte;
No me atrajo con zalemas
Ni fue deferente ni cortés conmigo
Sino como lo busqué soberbio
Enemigo.
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