Friday, June 20, 2014

Tratado contra la singularidad

Es cosa ya sabida que la cultura en tanto naturaleza artificial de lo humano se desarrolló con un objetivo corporativista hasta la cúspide del Medievo; cuando la hiperorganización de los cuerpos políticos atentó contra la fluidez económica, sometiendo las leyes comerciales al poder político. A ese sinsentido deberíamos el atomismo moderno, que de comenzar con violencia individualista ha llegado a la virulencia postmoderna; en que lo corporativo es insistir en la singularidad, hasta el punto de la locura más completa, pues no se trata ni de la rueda sin fin sino del mismo oximoronismo.

No obstante, el problema parece estar en esa alteridad que como un autócrata nos conmina a reconocernos o uno o lo otro; cuando lo cierto es que si se puede ser o lo uno o lo otro es porque tanto eso uno como eso lo otro conviven perfectamente en la naturaleza que atormentan. No hay que atormentarse tanto, que no es tanta la complejidad sino su pronunciamiento; pues esto quiere decir que esa coexistencia ha de ser en potencia y no en acto, como es el acto el que tiende a realizarse en un sentido u otro. Pero aún así, esa coexistencia en principio apela al sentido común de que el Ser ha de desarrollarse conforme a estos principios; por lo que el equilibrio estaría en la pausa con que el andante no pretende ser ni lo uno ni lo otro, si acaso todo lo contrario.


Véase que en definitiva, el mismo planteamiento es excesivo e impide toda respuesta correcta; puesto que la corrección estaría en la negación [imposible] de la naturaleza, al tratar inútilmente de constreñirla a una de estas reducciones formales. Bien mirado pues, carece de sentido toda búsqueda de singularidad, pues esta estaría ya dada en la inevitable individualidad de los entes; mientras que es la artificiosa corporatividad la que es demasiado trabajosa, puesto que consiste en el cosido que enhebra todas esas individualidades. Visto así entonces, el esfuerzo es valedero entonces si se dirige al corporativismo y a la realización del individuo en la multitud de convenciones que lo acosan; no en lo inverso, que haría del tejido final una ficción más huidiza que la que plantea como resolución final del cuerpo total del universo… en ese cántico de alabanza final con que el universo se regodea con la belleza del rostro de Dios.

Seja o primeiro a comentar

  ©Template by Dicas Blogger.

TOPO