Para una introducción a la literatura cumberlandiana III
CIstalgia
Si la existencia de Cuba Inglesa dio a luz literaturas nuevas, su muerte —que es sólo clínica— deparó nuevas sorpresas; porque en verdad, las literaturas que se dieron en ese marco original todavía se alineaban con los cánones tradicionales, a pesar de la originalidad del marco. Desde la novela Erótica a la literatura seudónima, todavía responden a esos cánones tradicionales; pero si Erótica trajo a la luz el concepto de Blogonovela, este sólo se realiza de hecho en su política de comentarios. El cierre virtual y más o menos efectivo de ese blog icónico, produjo un fenómeno por defecto; y es que con el eclipse de la matriz, salen a relucir las historias —las tensiones y francas contradicciones— que la sostuvieron.
Eso es lo que se puede encontrar en Cistalgia, el último intento por recuperar la experiencia Thamacún; que aunque de futuro incierto, ha servido sin embargo para recuperar la situación original. Lo mejor, desde luego, es esa actualidad constante del fenómeno; demostrando que sobrepasaba a su editor y colaboradores, dando alcance existencial y mediático a todo lo que ocurría alrededor suyo. El Cistalgia, el blog secuela, de pronto se reencuentran los antagonistas originales; y rescatan el drama original, antes sepultado por resultados esplendorosos pero consecuentes, como ese de la literatura seudónima.
Lo mejor de Cistalgia, es que como literatura es anónima; es decir, una contracción perfecta a la primera tradición universal de la literatura, incluso si eventualmente los autores/actores recurren al seudónimo. En Cistalgia es la trama lo que resulta de seudoficción, al combinar el anonimato y el heterónimo de sus múltiples actores con la contradicción de la vida real que viven; porque novela al fin, es de la expansión de la vida real a la virtual de lo que se trata. Podría prefigurarse entonces un futuro, en que los niños vuelvan a ser mortificados con una historia de la literatura universal; que siendo virtual, dedique un capítulo a la Poesía Anónima del siglo XXI. El valor antropológico de esta proyección, es que figuraría la cristalización de la cibernética como naturaleza técnica; es decir, el esplendor mismo de la cultura como naturaleza artificial [tecnológica] en que se alza lo humano.
Curiosamente, el drama se centra en la herencia [espiritual] de la matriarca, [clínicamente] muerta; y resulta una novela sin fin predecible, que por momentos alcanza temperatura de thriller y en otras recuerda a las primeras soap opera de la radio. En esa trifulca hay uno hijo virtuoso, uno perverso y otro pusilánime que casi nunca sale en la foto; que obviamente, pueden deparar sorpresas, porque lo importante de esta blogonovela es que es viva, y la sorpresa está a la vuelta del ENTER. Más interesante aún, parece ser un teclazo compulsivo y del menos exuberante de la familia el que desató esta revitalización; que no importa si efímera, figura otra vuelta más en —más peligroso que nunca— El códice, Thamacún.
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