Lo último de Silvio y Pablo, exclusivismo!
De la bitácora personal
Ciertamente, el patetismo es maravilloso en arte como fatal en política; porque como en el teatro y la literatura, es cosa del hipócrita, el actor que es incluso malo si no consigue un rol original. Al tedio inevitable de las reacciones personales por el concierto de un cantante, ha habido que añadir el atestado de los buzones y toda dirección de internet con esas opiniones de los que piensan que sus opiniones son importantes; ignorando, bestiales, que un derecho no otorga relevancia, y menos aun cuando los actos son comunes y predecibles.
Pues bien, en venganza, aquí les va esta también irrelevante opinión, a ver si así se cansan; porque el problema es esa estupidez de pensar que se es importante porque se tiene algo que decir, aunque mas no sea que otra estupidez. A lo peor no son ni hipócritas, y se creen tan bastos argumentos esgrimidos sin ni siquiera la gota de gracia que los haga geniales; como si la opinión y la posición personales dejaran de ser personales, solo porque los proveedores de internet ofrecen la oportunidad de darles contenidos —que importa si banales— de forma gratuita.
Afortunadamente alguna contracción racionalizadora esta ocurriendo en este sentido; Youtube impide los downloads, Microsoft limita o invalida algunas aplicaciones, etc. A medida que los usuarios dejen de interesarse en los pocos centavos que rasguñan a google money [hope] los blogs entraran también en lo de las restricciones; de ese modo el capitalismo se ajustara a sus principios de extrema racionalidad, y la discriminación de prioridades económicas nos librara de tanto imberbe presuntuoso que hoy se refugia en la democracia. ¿A quién —puestos a ver— le importa Silvio ni Pablo ni el pobre de Saavedra, como no sea a la aburrida ama de casa o el desempleado?
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