Wednesday, May 16, 2012

Velázquez Callejas en el fondo de la luz

Cuando la noble y hermosa Elena Tamargo me pidió que colaborara con un prólogo al decimario de Efraín Riverón, ya hacía rato que desencantado había decidido no colaborar con nadie; e ignoro qué la llevó a esa solicitud, quizás intuyó la inteligencia y la sensibilidad necesaria para sobreponerme al desinterés y fijarme en una obra bella. No puedo decir que me arrepienta de esa colaboración [aún] gratuita, el libro es bello y todavía pesa la intercesión de Elena; pero el precio ha sido alto, desde que no hay en Miami autores ni responsables con el coraje y la dignidad como para distanciarse del pandillerismo vulgar y la falta de nobleza. Sí pedí al responsable de la edición [Silueta] que se obviara mi participación, que no se me mencionara mezclándome con la misma bajeza con que se mezcla; pero el Señor Velázquez Callejas parece que no puede evitar la salivación a la vista del nombre impuesto en el prólogo, y lo menciona incluso innecesariamente. Entre las graves contradicciones, no obstante, no resalta esta si no la manera innoble en que se ha mezclado la generosidad de Tamargo con lo peor de la cultura local; haciendo que después de eso, ya nadie tenga poder de intercesión creíble para nada, y cuando ya es obvio que el talento no basta, también hace falta un mínimo de decencia.

Cuando el señor Callejas se acercó a mí —no fue a la inversa— llamó mi atención, porque su lenguaje evidenciaba una capacidad para la inteligencia; pero una capacidad no obliga a su ejercicio, y desde entonces le tiene que haber quedado claro que no me interesa, ni él ni el atajo de oportunistas y mediocres de que se rodea. Tanto criticar a los pajaritos azules por dedicarse al champú, para terminar haciendo lo mismo, las personas racionales se avergonzarían de semejante apoyo; lo peor es que lo arrastren a uno en ese estercolero en que depredan desconociendo todo límite, pensando que con proyectar en otros sus frustraciones y ansiedades logran transferírselas efectivamente. Callejas, enceguecido por la adulación oportunista se hace oportunista él mismo, y hoy se dedica a ofrecer dictados morales; y hasta es posible que haya caído en la ofensa con ánimo reconciliatorio, al pensar que uno se alegraría con la bendición hasta de un hipócrita vulgar y mediocre, hay un azno entre ellos que piensa así. El Sr. Callejas es libre como todo el mundo de revolcarse en ese estercolero, o en cualquier otro que escoja; sólo que no tiene mezclar a quien a bien ha tenido distanciarse de tanta mezquindad, la decencia es [aún] una virtud, y hace la diferencia.

3 Comentários:

MARÍA LAURA CATEURA said...

No se si este comentario , vera la luz Sr Granado en su bloc o como quiera que se llame disculpe , vivo en un País , llamado País del tercer mundo o en vías de desarrollo , su madre muy bonita y Ud muy guapo .
" SIEMPRE DIJE Y LO SIGUIERE DICIENDO , LAS PUTAS ,ROMPEN FAMILIAS Y PROSTITUTAS , SOLO HACEN SU TRABAJO , COBRAN Y SE VAN A SUS CASAS A DISFRUTAR CON SUS FAMILIAS.algo parecido pasa con los gobiernos , siiiii creo que si .

MARÍA LAURA CATEURA said...

Perdón obvie decir , y las personas también .

MARÍA LAURA CATEURA said...

¡ Eyyyyyyy , estas bonito , vestido de ADÁN !!!!!! gracias .

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