Contra los ídolos de Mahoma

![]() |
Haga click aquí |
Es entonces de esa separación primera en que nace el
estado laico de sonde surge la fuerza y los medios en general para subordinar
los extremismos religiosos; y eso no lo tuvieron los árabes, justo por culpa
del capitalismo occidental, al que le convenía esa subordinación política de
los árabes a un tribalismo cohesionado en el trascendentalismo religioso; y esto
tanto por el suprematismo moral respecto al liberalismo de Occidente y que
incluye el desdén por su cultura libresca, como por los lazos de fidelidad
confesional. No obstante, habrá que
recordar que hasta el ilustracionismo occidental está en deuda con el
liberalismo que emanó una vez del mundo árabe; y que mientras el oscurantismo
moral de Occidente se aferraba al platonismo agustinita de la teología
católica, los árabes avanzaban a la Casuística [moral] desde Aristóteles gracias al patronazgo de
Córdoba. Es de suponer que de nada vale quejarse del extremismo árabe, y que
sin dudas debe ser más productivo comprenderlo; porque es a partir de esta
comprensión que se les puede devolver mucho de lo que les es debido, y con el
reconocimiento construir la paz entre los mundos.
![]() |
Otros libros en Kindle (Click aquí) |
No se trata del imposible
moral de poner la otra mejilla, sino de buscar entre los musulmanes y encontrar
en ellos las corrientes liberales que de seguro existen; creer que no hay entre
los musulmanes corrientes liberales y que todos son extremistas es una de las
formas del extremismo occidental que nos hacen odiosos a los ojos de los otros,
alimentando nuestra propia bestia al apelar a lo peor en ellos desde lo peor de
nosotros. Sólo la soberbia cristiana
pudo concebir esos hermosos cantos de caballeros que atacaban a los ídolos imosibles de
Mahoma; tanta grandeza moral es a nuestros días como las armas de destrucción
masiva de Sadan Hussein, una ficción perversa que se vuelve contra nosotros
mismos. Sí existen —es absurdo que no existan— corrientes liberales entre los
musulmanes, y necesitan y merecen nuestro apoyo; mejor aún, nosotros somos
quienes necesitamos de ese apoyo de ellos, así que en verdad es a nosotros
mismos a quienes ayudamos ayudándolos a ellos.
Post a Comment