Tuesday, June 6, 2017

Evolucion (2016)

Primero imagine una novela tan extraña como Epepeh, del húngaro Ferenc Karinthy, luego imagine que la adaptan al cine; sólo esa torcida referencia puede describir la sensación de inquietud que provoca un filme tan distinto como el francés Evolucion (2015). En honor a la verdad, con su propio desenvolvimiento, el filme se hace más comprensible que la novela húngara; pero en ambos casos la referencia es a una extraña distopía, que ni siquiera se explica en términos explícitamente políticos. En Evolución, la textura es de soterrado horror, que poco a poco se va develando, en una comunidad que explica su propia extrañeza; un pueblo típico del Mediterráneo, pero con una estructura ginocrática. El horror es comedido y el tempo es súper lento, como corresponde a un experimento de vanguardia francesa; y los personajes sugieren oscuras referencias, demasiado sutiles para que sean valiosas más allá de los propios autores.

Eso último, no obstante, es secundario, pues lo que importa es la experiencia misma de la vida en el pueblo; en el que lo femenino es sólo un tópico no argumental, y cuyas derivaciones desviarían la atención del drama. El drama es la experiencia de un niño, a través del cual descubrimos que no se trata de un mundo normal; las mujeres resultan de una especie sirénida —por decirlo de algún modo—, y su modelo social es el de las amazonas. En el pueblo sólo hay mujeres extremadamente parecidas entre sí, y niños varones de once años a lo sumo; ni niñas ni hombres, de modo que toda la tensión dramática se da entre estos dos bandos. Más adelante se descubrirá cuál es el verdadero vínculo entre ellos, que no es filial, y la naturaleza horrorosa de su vida; pero el filme es lo suficientemente maduro como para dejar claro que ese horror es sólo una experiencia subjetiva, en tanto propia de una de las partes.

Libros en Kindle
De este modo, las sugerencias del filme están en los alcances de su dramaturgia, que ilustran el utilitarismo de las relaciones inter especies; en las que inevitablemente una sirve a los fines de la otra, y nunca a la inversa. Las sirénidas podrían ser lo mismo extraterrestres sirviéndose de la especie humana que banqueros insensibles al olor que provocan; la madurez del filme está en que no se plantea esto a través de manipulaciones retóricas ni con discursos éticos, sino con la simple figuración, exhibiendo con desparpajo su eficiencia epistémica y credibilidad. Por supuesto, así como plantea los problemas, el filme también sugiere la solución, que reside siempre en la humanidad; pero esta como referencia a la singularidad ontológica de la conciencia del Ser sobre sí, nuevamente sin simplicidades éticas.

El filme ha ganado múltiples premios en festivales como el de San Sebastián y Estocolmo, y tiene actuaciones preciosas por la sobriedad; es un objeto ostensible y orgullosamente francés, que se sirve de esa textura para alcanzar su poder reflexivo y existencial. Una cinematografía igualmente poderosa, apoyada en esos mismos elementos de su carácter absolutamente francés; y en general un magnífico producto para quien guste de fuertes estímulos intelectuales, que hagan del horror una estética y no una experiencia vulgar.


Seja o primeiro a comentar

  ©Template by Dicas Blogger.

TOPO