Nadie descubrirá tus huellas, Colectivo Amalgama G7
La novela es entonces desigual, pero sin que eso llame a engaño, es una
trama interesante, y mantiene su interés; incluso con el atractivo añadido de
los capítulos iniciales, en que el caso se presenta por la superposición de
caracteres; tendiendo cada uno —con su propio ritmo— a un crescendo peculiar,
en el centro de la trama. En ese sentido, la desigualdad de los autores
contribuye a mantener este interés, con la riqueza dramática de los personajes;
y sólo repercute en la mayor o menor sobriedad con que cada uno se resuelve,
aportando sus propios recursos estilísticos.
Así, algunos capítulos tienden a una velocidad reductiva, que pasa por alto
sutilezas dramáticas y profundas[1];
en otras ocasiones, la caracterización de personajes por recurrencias
lingüísticas puede resultar excesiva. Por encima de eso, la trama sí consigue
hacerse interesante desde el principio, y acrecentar este interés; manteniendo
la intriga por los primeros dos tercios del libro, donde ya tiene que rendirse
y empezar a entregar sus prendas; pero haciéndolo con mesura, sin dañar nunca
el hilo dramático, sino añadiéndole complejidad y riqueza.
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Eso, sin embargo, también significa que algunos llaman más la atención sobre su desarrollo posterior; que siendo individual, crea ciertas expectativas sobre algunos de ellos, por el estado actual de la literatura. También es llamativa la normalización del travestismo, como recurso de valor dramático, sin lecturas fuera de ese dramatismo; distinta, en su falta de provocaciones y esnobismos, del objetivismo sociológico (Rosa Mystica, Carlos Varo 1987) o hasta el maravilloso esperpento folclórico (Sirena Selena vestida de pena, Mayra Santos Febres, 2000).
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No se olvide que el modelo de personalidades descollantes muere en el siglo XX, y López Nieves es uno de sus últimos exponentes; pero a diferencia del resto, establece tras de sí un semillero promisorio, que abre expectativas sobre el peso literario de Puerto Rico. Más allá de esas cuestiones de cultura nacional —como con las de mercado y teoría—, se trata aquí de una novela rica y bien resuelta; hecha para los cultores de la novela negra tradicional, que deben estar rogando por desarrollos originales, como este de Nadie descubrirá tus huellas.
[1] . Como estilo, esta sería una característica
de Gabriel García Márquez, que a él sin embargo le servía para remarcar esas
sutilezas.