Tuesday, December 24, 2013
Pareciera coordinado,
pero fue obra de la casualidad que ocurriera en el día del solsticio de
invierno; no el libro mismo, que es fruto del tesón, tanto por parte del autor
como por la colaboración de su ilustrador. El caso es que Ediciones Itinerantes
Paradiso regresó definitivamente por sus fueros con la ocasión de este
librillo titulado El revés de un reino; bien que optando esta vez por el bajo perfil, que no ponga en peligro
los proyectos con el falso glamour, pero con la consistencia de siempre. El
próximo es la reincidencia con Pablo de Cuba Soria, que ya parece escritor en
residencia, pero cuya espectacularidad no amerita menos; y también esta vez,
como nueva dirección del proyecto de EdItPar, con el énfasis en el libro
electrónico; reduciendo la impresión tradicional a la rareza a que la va
contrayendo la realidad, como pie de presentación y tiento, pero sobre todo
introducción.
Friday, December 20, 2013
Wednesday, December 11, 2013
MAS CANOSA se defiende del “paredón de carácter” de Montaner
Tomado del bolg de Emilio Ichikawa
Jorge Mas Canosa
Cuando creamos la Fundación Nacional Cubano Americana hicimos lo que es común en estos casos: acordamos una estrategia; definimos nuestros objetivos y los métodos para alcanzar los mismos. El acuerdo más importante que tomó La Fundación fue uno que no consta en su acta original, ni tampoco en sus estatutos. Fue un acuerdo que nació de las raíces y convicciones genuinamente democráticas de sus fundadores, y consistió en no criticar, atacar, disminuir o enfrentarse a ningún cubano u organización que luchen en la forma que mejor estimen conveniente por la libertad de Cuba.
Después de establecer estas premisas, resulta indispensable llamar la atención sobre el reciente artículo de Carlos Alberto Montaner: “El Puente de Plata”. Creo que ha caído en el mismo error del que hemos sido víctima tantos cubanos: pensar que nuestra tesis es la única válida, por sentirnos poseedores absolutos de la verdad.
Dice Montaner que “hay muchísimos exiliados anticastristas que reaccionan exactamente igual que Fidel Castro. No admiten que la democracia llegue a la isla mediante un proceso pacífico y negociado”. El hecho de que muchísimos cubanos piensen, entre ellos yo, que Fidel Castro no va a acceder a la celebración de elecciones libres y mucho menos respetar sus resultados, no autoriza a Montaner a colocarnos como personas renuentes e insensibles a una solución pacífica y negociada del problema cubano.
A nadie le atrae que la solución al problema cubano llegue por la vía de los cuarteles, pero si esa probabilidad existe, y aumenta por días, se debe a Fidel Castro –no al exilio cubano- pues ha sido Castro el que ha cerrado todas las vías de una pacífica y civilizada transición del poder político en Cuba. Por otra parte, la afirmación de que la democracia rara vez ha llegado por la vía de la acción militar pierde fuerza ante ciertas realidades históricas.
Su afirmación en un artículo anterior que “lo único decente es respaldar a Gustavo Arcos” lo coloca como un hombre rígido, dogmático.
Montaner quiere alcanzar la ayuda de los gobiernos del mundo libre y de las cuatro internacionales para obligar a Castro a celebrar elecciones y que, a la vez, Fidel Castro respete el resultado de esas elecciones impolutas y transparentes. Es posible que otros andemos equivocados, con menos fe que la que Montaner tiene en Castro y en su potencial y repentina vocación por elecciones libres. Pero que discrepemos de Montaner no nos hace “prisioneros de una extraña superstición”.
Se equivoca Montaner cuando procura la unidad de la oposición a Castro, “sin fisura de ser posible”, en el respaldo de la solución electoral, que según él, Castro se verá forzado a aceptar… lo plantea no sin antes calificar, con duros adjetivos, a aquellos que se atrevan a rechazar esa postura como única tesis de lucha, manera muy poco creativa de buscar la unidad.
La Fundación busca y desea tanto como Montaner el establecimiento de un sistema democrático de gobierno en Cuba. Pero no podemos supeditar nuestra estrategia de lucha al grado de influencia o presión que puedan colocar sobre Castro partidos políticos o las llamadas internacionales.
¿Qué certeza tiene Montaner, primero, de que va a conseguir ese respaldo, y después, de que va a someter a Fidel Castro a la disciplina de los buenos demócratas?
(Editado de: Jorge Mas Canosa. “Puentes de entendimiento”. El Nuevo Herald. Sección “Opiniones”. Miami 7 de septiembre de 1990)
-NOTA: “Paredón de carácter” es una terminología que hace un par de años pusieron de moda en círculos cubanos intelectuales como Carlos Alberto Montaner, Uva de Aragón, Rafael Rojas, Juan Antonio Blanco y otros. Llamaban así, “paredón” (cometiendo la negligencia de frivolizar el paredón real), a los espacios donde el poder de la isla solía hacerles críticas discursivas; sin considerar que ellos mismos son poseedores de otros espacios donde someten a silenciamientos y críticas no menos impías a otros compatriotas. A esto precisamente obedece la réplica de Jorge Mas Canosa a Montaner.
Thursday, November 21, 2013
Wondering about the cuban's literary legacy!
En una edición de la
Feria Internacional del Libro de Miami coincidió la edición del 40 aniversario de
un libro de José Lorenzo Fuentes con la misma edición de uno del mexicano
Carlos Fuentes; hube de convencer a la FIL de que no dejáramos pasar la
oportunidad de exhibir un clásico nuestro como si iba a hacer la Feria del
libro de Guadalajara con el mexicano.
Logré acaparar la presentación colectiva de modo que manipulando el
discurso destaqué esa presencia de José Lorenzo Fuentes; no conseguí, ni había
manera de conseguirlo, que fuera una presentación única, sino sólo destacarlo
del tumultillo que integraba. Más adelante, en otra edición, hube de convencer
a la FIL Miami de que cumpliéndose el primer aniversario de la muerte de
Lorenzo García Vega debíamos concentrarnos en un homenaje; no pude ir, pero se
usó el evento de homenaje para la presentación de un libro secundario sobre
Vega, y los correspondientes elogios de su autor.
Wondering about, la
cuestión es por qué la fatiga constante de tener que andar corriendo tras los
eventos para convencerlos y hacer cambios; la respuesta es que se trata de una
cuestión meramente natural, una condición que sobrepasa incluso la calidad de las
letras y alumbra sobre los nombres. Ni José Lorenzo Fuentes es Carlos Fuentes,
ni en las letras ni en la altura, ni García Vega es un clásico para otra cosa
que la ansiedad cubana; y esas comparaciones de la Oliver Labra con la Agostini
—cuestión de temperaturas— o la más escandalizante de la caribeña Marruz con la
ibérica Zambrano, no pasarían de nuestro hiperbolizativo uso de la hipérbole; y
todo eso determinado a su vez por el contexto, una cultura nacional que se
regodea en lo mezquino y lo pobre, achicando incluso lo que en principio pudo
ser grandioso.
Esto último sería como
una fatalidad que lo permea todo y corrompería hasta al genio más genuino, dígase Virgilio Piñera o José Lezama Lima; y de
la que sólo habrían conseguido escapar personalidades verdaderamente
excepcionales, que en vez de entretenerse en el murmullo tuvieron la suficiente
visión o desinterés para isolarse en el silencio. Ningún nombre fuera de la
Loinaz me viene a la cabeza, pero debe haber otros —como sus hermanos— que sólo
que más radicales aún se perdieron para el mundanal ruido; lo que no será de
lamentar, tiempo habrá —es posible— en que la cultura cubana madure, y entonces
el descubrimiento de esos grandes permita un rescate decoroso.
Wednesday, November 20, 2013
Monday, November 18, 2013
Aquiles frente a Príamo
por Ignacio T. Granados
¡Oh, venerable!, no te aflijas
¡Oh, venerable!, no te aflijas
que tu hijo
murió a manos del más noble guerrero,
espléndido
entre los aqueos como el sol en el día
y más altivo
aún que la luna prodigiosa
cuando
despliega su velo de plata en la noche;
y no sólo
eso, sino que él también lo era, pues su
/ hermosura
era
imponente como una torre alta de la ciudad;
la más
hermosa y más esbelta de las numerosas que te
/ protegen
guardando la
muralla de la inccesible Pérgamo;
y así es su
sangre como una oblación a Zeus
que lo
encanta con el humo graso de los sacrificios,
cuando se
precipitan las reses a la hecatombe.
Por eso es
buena la muerte de tu hijo
que sella
además el pacto de mi destino terrible
trazado por
las parcas odiosas
cuando
bordaron la tersura de mi frente
enamorando y
perdiendo a los mortales
porque yo
sea como un estigma, o algo peor, funesto;
y tanto que
no hay mente que se atreva a imaginarlo
para no
ofender la figura del solemne Febo
o la árida
castidad de la cruel Minerva.
No te
humilles, anciano, que me humillas
porque esa
es mi afrenta
y si tus
barbas tocan un sólo gramo de polvo
convertirían
este premio de la muerte de tu hijo
en el baldón
de mi condena
que
atravesará la nube de mi muerte como un rayo
con que el
Potente me destroze incluso en el Averno;
porque ya
nada podrá contentarme, ni aún
la promesa
de mi amante recibiéndome eterno
si llevo
conmigo el estigma de tu dignidad destrozada
en vez de la
rama áurea para Proserpina.
¡Vete!, toma
por fin esos despojos y vete, anciano
porque yo
pueda esperar ya tranquilo a esa pérfida
que demora,
asustada de tu dignidad.
Wednesday, November 13, 2013
Monday, November 4, 2013
Thursday, October 24, 2013
El Banquete [reseña]
Por Julio Pino Miyar
![]() |
Julio Pino Miyar |
Amigo Ignacio, permíteme llamarte asi,
hablabas de Mairena, el alter ego de Machado; hay un pasaje suyo que creo se
titula Sobre la imposibilidad de losbanquetes, es más o menos asi: un alumno en un trabajo de clase hace la
siguiente exposición: critica a los que van a ellos, por ser parásitos de la gloria
ajena; a los que los que los dan, porque que son vanidosos y ególatras; y a los
que no van a ellos, por ser roñosos y envidiosos de la gloria ajena. Tu texto
sobre los banquetes me hizo entender por fin la parábola del maestro Machado;
la imposibilidad de los banquetes es la imposibilidad misma de la cultura para
producirse, de la humanidad para darlos en este momento en que vivimos; sobre
todo si entendemos al banquete desde su paradigma, donde tu bien lo sitúas, El symposium. El banquete, la cena, el
condumio esplendido, es naturaleza pero también es poética. Claro, bien lo
demuestras, es Villaverde, Lezama e incluso Senel. El banquete, en este último
caso, con el otro marginado, el gay horrorosamente desvirtuado de su condición
natural de ser humano, de hombre.
¿Y si la cena es naturaleza y la poética
es proceso natural de creación, que ha pasado? ¿Por qué ya nos son imposibles
los banquetes entendidos como symposium, en acto naciente de la cultura?
Aparece la parodia, como ejemplo de parodia el Quijote, que no es una parodia,
sino un hombre parodiado en una época en que el ordenamiento clásico se desvirtúa.
Banquete es creación, poética sensible y sensitiva de máximas integraciones, analógica
universal que tú remites al periodo merovingio —¿Fue en el periodo carolingio
donde aparecieron las universidades, o es un error mío?—. El hacer universal,
la poética como verdad, la verdad como naturaleza, la naturaleza como gestión
universal y madraza de todas las integraciones imaginables. Aún no han
aparecido los pérfidos inventarios y los catálogos de la cultura,
enciclopedistas. Pero insisto, por qué la parodia, que se burla de la
imposibilidad del banquete, cuando en esencia lo que vemos fracasar con este es
el ideal de la belleza, aquello que hizo decir “lo bello es el resplandor de lo
verdadero”.
¿Mirándolo bien no sería preferible,
disfrutable, restituir el banquete primigenio, ese que hizo decir que Sócrates
era incorruptible, que el espíritu clásico, no es solo ideal de la belleza,
sino placer fraterno, compañero? Por ello es que me choca siempre la parodia, que
en Cuba, en cubano, es choteo. Choteo, desconstrucción de toda gestión cultual de
la cultura, pero a la vez arma contra lo establecido. Parodia preferible: una
patada en el trasero a todo mal gobernante. Bien. Pero el choteo también puede
ser nefasto, no es que suprima lo clásico para convertirlo en carnavalización,
es que aniquila con ello la poética, desprecia la poesía; y un pueblo sin poética,
sin sensibilidad receptiva ante la imagen, no es un pueblo. un lugar así
aterra. Que dios nos libre de un mundo sin banquetes, es el peor de los mundos
posibles. ¿A propósito, desde cuando no vamos a un verdadero banquete? Cita
impostergable de nuestra cultura.
PD Te invito a un banquete.
Posted by I. Teodoro at 3:05 PM 0 comments
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El libro del opio [reseña]
por Chely Lima
Existe un Asia imposible, indeciblemente brutal y delicada,
de una sensualidad sabia y lujosa al mismo tiempo, que alienta en lo más
elevado de la imaginería occidental. Es
este continente, centrado en la China arcaica y visto a través del ojo
alucinado del artista, el que despliega sus mapas y su crónica apócrifa para el
lector en El libro del opio, de
Carlos A. Díaz Barrios. Con un lenguaje
tan rico que es imprescindible leerlo varias veces, cosa de poder saborear a
plenitud las múltiples capas de prosa poética, el poeta le canta a la resina
maldita que en su momento tuvo como amantes a Shelley y Byron, Keats y
Coleridge.
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Es así como, en sucesivas
oleadas de música, alusiones culteranas, sentido neto de cada frase, pincelada
tras pincelada, la prosa va trenzando con artes de orfebre las hebras que la
componen, y el resultado final se parece mucho a un recitativo que se
pronunciara entre sueños.
En la medida en que se acoge a
la antiquísima tradición de narrar por medio de imágenes preciosistas, y
renueva esa tradición con la gracia de un ritmo propio, a ratos fluyente y a
ratos cortado por paradojas sutiles, El
Libro del opio se manifiesta de un modo poderosamente visual, y se las
arregla para convertirse en una especie de texto-estupefaciente celebrando una
sustancia estupefaciente, que a fuerza de referentes acaba por convertirse en
lo que debió ser en sus orígenes: un enteógeno capaz de convocar lo que duerme
o se agita detrás de la puerta que conduce a las regiones abisales del
inconsciente colectivo.
Monday, October 14, 2013
La necesidad de escribir, o La cultura como culto
Con el desafortunado
nombre de La necesidad de escribir,
la editorial Betania ha publicado el segundo libro de ensayos de Julio Pino
Miyar en formato electrónico; pero el nombre es engañoso, ahí lo desafortunado,
pues sugiere sentimentalista otro bodrio de esos que hace de la cultura un
culto espurio. No es el caso, aunque sí se trate de un libro que centra en la
cultura su culto; sólo que lo hace con la densa majestuosidad de las grandes
liturgias que añora, haciendo que ese culto sea verdadero. No obstante, el
culto de Pino Miyar es problemático, aunque no sea espurio y sea además de ello
bello; y es precisamente su afectación, que sin llegar a la falsedad no
obstante se enmarca en esa modernidad que ya es vieja y resulta por tanto
desfasada. A saber, uno imagina este libro medio desastrado, y su lector con
pipa y bufanda en un café de París o Bruselas; no ciertamente en una cuidada y
reluciente tableta —el formato es electrónico— en manos de un imberbe y sano
jovenzuelo que viaja en un bus o descansa simplemente en la playa de un
pueblucho cualquiera.
Ese es el problema,
aparte de cierta insistencia del autor de escribir ensayos literarios en primera
persona; lo que no siendo de valor testimonial generalmente, suena a profesoral
dictado o exhibicionismo, que por legítimo que sea resta siempre densidad. Eso
hubiera sido interesante si se tratara a sí mismo como sujeto dramático, que
nos hace recorrer las marismas de su compleja y finísima cultura; como por
cierto no lo hicieron ninguno de los grandes a los que sin dudas venera, desde
Cortázar o Lezama Lima a Juan Ramón Jiménez o Unamuno; a los que se les respira
constantemente, como goteando de sus páginas rebosantes de referencias
deliciosamente informales. Ese es exactamente el problema, que veda el disfrute
de un pulso tan romántico, capaz de imágenes verdaderamente escultóricas; y no
es un pequeño problema, porque alcanza a explicar por qué y cómo esa cultura
tan grande se desfasa hasta la más absoluta disolución.
El primer ensayo, que es
el que da título al libro, es una suerte de densa aproximación a Rayuela;
lo hace enfatizando el culto —siempre el culto— que ya es propio de esa novela
y que a ratos la hace más incomprensible que la intención de su autor. Tópicos
en general espesos y giros complejos, quizás demasiado para un tratamiento tan
clásico… o quizás clasicista; así también otros acercamientos, no menos bellos
y asombrosos, pero generando igual las mismas dudas y cierta aspereza por el manierismo.
La necesidad de leer es un hermoso libro, que cojea por la enorme omnipresencia
de su autor; quien se sienta en el medio reclamando la atención del lector con
gestos de aparente displicencia. No obstante es una lectura recomendable,
siquiera para recordar a los anodinos hiperrealistas que es posible la belleza
en la literatura; no sólo eso, que su sentido mismo es el de la ficción formal
y no la mera crónica en que se repita la misma vida que acontece todo el tiempo
a todo el mundo.
Monday, October 7, 2013
Sunday, October 6, 2013
Friday, September 20, 2013
Thursday, September 19, 2013
Tuesday, September 17, 2013
Monday, September 16, 2013
Friday, September 13, 2013
Sunday, September 8, 2013
La verdad es lo que los hará libres!
…no ese reino de terror y
delación anónima, instaurando el castrismo bajo la excusa de una resistencia al
castrismo.
Mr. Sentido Común
Monday, September 2, 2013
Elogio de Padura
Sobreponiéndose a toda la
manipulación de las dos orillas, con la dignidad que es de esperar en un
escritor auténtico, Leonardo Padura afirma que sólo es heterodoxo; ambivalencia
que le permite la realidad de Ser y no esas proyecciones marmóreas que hoy se
desgastan por su falta de credibilidad, sobre todo porque lo es en Cuba. Hay
algo maravilloso en Padura, y no es que triunfe al margen de lo político,
porque en definitiva él no rehúye lo político; es que contra toda evidencia y
circunstancia, triunfe con su literatura, sin manipular el sentir ajeno, sólo
escribiendo.
Saturday, August 31, 2013
Erótica, en tres espejos
Por fra. Erasmo de la Cruz
Erótica viene, danzando
Su danza de niña brava,
El Diablo la ve de lejos
Y se le cae la baba.
Cuidate, niña atrevida
Que es el Malo quien te
alaba;
Mas ella toca sus muslos,
Sus pechos y danza su
danza.
Cómo puede el malo
tocarme
Si él sólo la muerte
danza;
Yo soy la niña valiente
Y si viene le alzo mi
falda.
El Diablo baboso se pone
Dos esmeraldas por ojos
Para encandilarla —dice—,
Para la niña brava.
Cómo bailaba la niña
Hasta que el Diablo la
enlaza,
Con una mirada verde
Y un clavel en la bocaza.
Vanse los dos bailando
Donde nadie loa alcanza,
En tres espejos la
esconde el Malo
Y ella danza que danza.
De espejo en espejo va
Erótica
Bailando su danza brava,
Perdiéndose en la
lascivia
Del verde que la
aprisionaba.
Un espejo, el fatuo
viento
Le lleva las carnes
blancas;
Un espejo, el vano azogue
Envenénale la rica alma.
Erótica baila y baila
Y el espejo la realza;
Cadáver todo de mármol
Que danza su danza brava.
Qué te has hecho, niña;
Dónde tu seno turgente
Y tus piernas de garza
blanca;
Dónde, niña, tu vientre.
La Muerte baila que baila
Saliendo de los espejos,
El Diablo se limpia la
baba
Y se quita los ojos
verdes;
Se duerme el Malo
tranquilo
Sobre la niña que inerte
Sueña que danza su danza.
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