Aquinista
Cuando se lee el listado de virtudes y pecados de Santo Tomás de Aquino, asombra esa correspondencia exacta y proporcional; por la que a cada virtud corresponden dos pecados, ya que lo virtuoso reside en a imposibilidad del equilibrio; que además no se consigue, residiendo en esa imposibilidad el drama que hace a la vida bella, por su intensidad. Así, no hay culturalismo que no responda una racionalización ni racionalismo que no sea cultural; no sólo porque todo es relativo, sino porque es en esta relacionalidad que se puede organizar un todo, cuyo único valor es la sistematicidad.
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