Sunday, May 9, 2010

Las vidas de Arelys y la expectativa de JL Fuentes

Las vidas de Arelys es un libro que con sólo anunciar su salida al mercado causó la controversia, generando con ello la expectativa; tiene entonces un valor extraño y anticipado, el de incluir en su crítica una anticipación debida a cuestiones técnicas y editoriales, no literarias. Eso es un valor extraño, porque resulta que el libro no es sólo el libro sino también su circunstancia; como el Hombre, se alza como un Ente con valor propio y excepcional, quizás debido a la precariedad del entorno que enfrenta. De hecho, es cierto que el diseño de portada es deficiente, pero pocas veces eso ha sido el problema de un libro; lo que no desvaloriza la discusión, sino que llama la atención sobre el desarrollo mismo de su literatura; como producto en fin, en un entorno dado, que es el mercado local.

Como principio, todo hace pensar que estamos ante un vanity edition, sólo que eso no es exactamente un pecado; y todavía más, tiene a su favor que cuenta con la firma suficiente de José Lorenzo Fuentes. Es eso lo que añade la expectativa, tratándose de un escritor tan singular como excelente; pues JL Fuentes, que es un clásico vivo de la literatura cubana, es también un Ente raro. Primero, es un escritor que no teme mezclar los temas del trascendentalismo espiritual [metafísica] con lo literario; al menos en este libro esa es abiertamente la materia, como un paso con que el autor evoluciona a nuevos derroteros. Fuentes es obviamente desdeñoso respecto a la calificación de intelectual que tanto añoran los escritores contemporáneos, y que al final los prostituye y corrompe; es un autor prolífico de libros de metafísica y autoayuda, siendo uno de los pocos radicados en Miami que cobra regalías por tiradas constantes de títulos suyos.
No es que lo metafísico haya estado ausente en la literatura de Fuentes, sino que se ha circunscrito habitualmente a lo estético; logrando una suerte de idealismo trascendental, muy distante del parco realismo —falsamente épico y ya bastante banal— que caracteriza a la literatura cubana, como en una suerte de Manierismo suyo. Sin embargo, su desarrollo como conocedor y/o practicante de esa religiosidad popular ha sido paralelo a su desarrollo literario; sus libros de metafísica y autoayuda nunca antes habían penetrado tan abiertamente en su literatura como tema central. Que ahora dedique ese arsenal a un experimento de regresión, habla de la frescura en un escritor ya probado; cuyo estilo habitual, de una belleza y una finura soberbias, asegura que al menos no nos enfrentaremos a una experiencia desagradable.

Nota: El libro está programado para presentarse en la tertulia La otra esquina de las palabras:

Lugar: Café Demetrio300 Alhambra Circle, Coral Gables
1 (305) 448-4949
Viernes, 14 de mayo a las 7:30 p.m.

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