Ventajas nutritivas de la SOPA-I
Un fantasma recorre el virtual mundo, el fantasma de la SOPA; al que demagogos y pillos de siete suelas presentan los crucifijos y reliquias de la religión en que medran, incapaces de lidiar con la realidad. Porque hay un pacto alevoso, por el que todos andan en la carrera de las ratas, maldiciendo al que se niega; y todos bajo el mismo lema de la sagrada libertad, que para ser cierta requiere de alguna honestidad. El mundo virtual es una extensión ondulatoria de la realidad corpuscular, ya eso es de Perogruyo; pero por eso mismo responde a las mismas dinámicas, y en una como en otra la libertad se ordena en la regulación. Si a estas alturas en cualquier realidad se elimina la coerción represora de la ley, imperará en ella el anarquismo bandidesco; como el que de hecho reina hoy día en la internet, donde nadie sufre nunca la única consecuencia efectiva de sus actos, y que combina comercio y ley como disciplina de crecimiento [palo y zanahoria]. Curiosamente, la anarquía de internet la defienden dos grupos específicos que hoy forman mayoría; los proveedores de soporte gratuito y sus usuarios, que son así casi todo el mundo.
Pero los proveedores de soporte gratuito son en realidad capitalistas despiadados como los estados socialistas, no demócratas; y viven de ofrecer espacio a la infinita vanidad del ser humano, creando mercados adictivos y cautivos como el cigarrillo y el alcohol, donde virtualmente secuestran a sus usuarios. Los usuarios, entonces, constituyen ese mercado adicto y cautivo al que se entregan; todo a cambio del espacio en que volcar el egocentrismo como una realización virtual, proveyendo contenidos gratuitos al supuesto altruismo de sus no menos supuestos proveedores. En el medio, los creadores han perdido el respeto y la posibilidad de comerciar sus productos; ven cómo son dilapidados y disueltos en una saturación mediocre, igualitaria e indiscriminada, en nombre de esa sagrada libertad; como un nuevo colectivismo enforzado por la falsa ética libertaria, y que en verdad consiste en el dominio por el terror y la vanidad. Al fin y al cabo, hemos de concordar en que Democracia como Poder del pueblo es un término demasiado vago e impreciso; en realidad se trata del poder de la mayoría vulgar, ya conocida como la dictadura del proletariado.
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