Monday, April 8, 2013

The right of the blacks




La repentina expedición de Beyonce y Jay Z a Cuba ha coincidido con la degradación de Roberto Zurbano como jefe del fondo editorial de la Casa de las Américas, también en Cuba; y más aún, both issues coinciden con un momento especialmente sensible del estamento cultural del exilio cubano, por la visita de Joani Sánchez. Pero en ese esquema las cosas lucen demasiado claras y definidas para que lo sean, porque la vida suele ser más compleja y sutil; aún si Jay Z gusta de vestir una camiseta con la esfinge icónica de Ernesto Guevara, el argentino criminal, y él y Beyonce se retratan con pioneritos. 

Primero, resaltaría la hipocresía de un exilio que se come y tritura a sus negros como Saturno a sus hijos; que sólo así se explica la ausencia de figuras negras destacadas entre estos “intelectuales” del exilio, a menos que se recurra  la otra hipocresía del doble rasero. De hecho, y bien mirado, la prominencia de Zurbano como funcionario en Cuba parece mostrar que mejor le ha ido a los negros en la gran Habana que en la pequeña, donde hasta los proyectos sobre ellos son dirigidos y administrados por blancos. De otro modo es incomprensible su propio desarrollo personal hasta ese puesto de jefe editorial de una institución tan políticamente dirigida como la Casa de las Américas. Su caso recuerda aquí el del jefe de redacción que vio con estupor cómo le aceptaban la renuncia que puso en un ataque de dignidad, nada más y nada menos que política; ¿pensaron que de veras eran importantes como individuos, tan ingenuos fueron?, ¿con esa ingenuidad llegaron a esos cargos?

De Beyonce y Jay Z cabe recordar que son negros norteamericanos, y que por ende tienen —y sufren— su propia historia y su agenda; con la que este exilio cubano no ha querido identificarse, ni siquiera por el beneficio político de una mejor exposición de su causa. Beyonce y su esposo, en definitiva parecen usar la misma lógica reductiva de Paquito D’ Rivera respecto a Yoani Sánchez; por la que si “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, entonces Fidel Castro y el argentino tristemente no menos famoso serán buenos pilotes para su causa. Después de todo, qué saben ellos acerca de ese exilio cubano, que en su prepotencia los ignora envuelto en su propia retórica, con ese suprematismo moral que lo caracteriza. Este exilio que critica a los negros norteamericanos la solidaridad con su verdugo, podría muy bien preguntarse si esos negros —personas al fin, you know?— no tienen su propia causa, ya que tienen su propio problema; a la que entonces servirán, con el mismo desprecio por los otros con que esos otros los ningunean a ellos.

2 Comentários:

Anonymous said...

Es la incoherencia total. Este calesero es puro veneno. Aspid, sal de tu cueva.

Anonymous said...

Oye 9:44, qué sentido tiene ser tan obsecado y desagradable, man? Is that what you call love?

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