The right of the blacks
La repentina expedición
de Beyonce y Jay Z a Cuba ha coincidido con la degradación de Roberto Zurbano
como jefe del fondo editorial de la Casa de las Américas, también en Cuba; y más
aún, both issues coinciden con un momento especialmente sensible del estamento
cultural del exilio cubano, por la visita de Joani Sánchez. Pero en ese esquema
las cosas lucen demasiado claras y definidas para que lo sean, porque la vida
suele ser más compleja y sutil; aún si Jay Z gusta de vestir una camiseta con
la esfinge icónica de Ernesto Guevara, el argentino criminal, y él y Beyonce se
retratan con pioneritos.
Primero, resaltaría la
hipocresía de un exilio que se come y tritura a sus negros como Saturno a sus
hijos; que sólo así se explica la ausencia de figuras negras destacadas entre
estos “intelectuales” del exilio, a menos que se recurra la otra hipocresía del doble rasero. De
hecho, y bien mirado, la prominencia de Zurbano como funcionario en Cuba parece
mostrar que mejor le ha ido a los negros en la gran Habana que en la pequeña,
donde hasta los proyectos sobre ellos son dirigidos y administrados por blancos.
De otro modo es incomprensible su propio desarrollo personal hasta ese puesto
de jefe editorial de una institución tan políticamente dirigida como la Casa de
las Américas. Su caso recuerda aquí el del jefe de redacción que vio con
estupor cómo le aceptaban la renuncia que puso en un ataque de dignidad, nada
más y nada menos que política; ¿pensaron
que de veras eran importantes como individuos, tan ingenuos fueron?, ¿con esa
ingenuidad llegaron a esos cargos?
De Beyonce y Jay Z cabe
recordar que son negros norteamericanos, y que por ende tienen —y sufren— su
propia historia y su agenda; con la que este exilio cubano no ha querido
identificarse, ni siquiera por el beneficio político de una mejor exposición de
su causa. Beyonce y su esposo, en definitiva parecen usar la misma lógica
reductiva de Paquito D’ Rivera respecto a Yoani Sánchez; por la que si “el
enemigo de mi enemigo es mi amigo”, entonces Fidel Castro y el argentino
tristemente no menos famoso serán buenos pilotes para su causa. Después de
todo, qué saben ellos acerca de ese exilio cubano, que en su prepotencia los
ignora envuelto en su propia retórica, con ese suprematismo moral que lo caracteriza.
Este exilio que critica a los negros norteamericanos la solidaridad con su
verdugo, podría muy bien preguntarse si esos negros —personas al fin, you know?— no tienen su propia causa, ya
que tienen su propio problema; a la que entonces servirán, con el mismo desprecio
por los otros con que esos otros los ningunean a ellos.
2 Comentários:
Es la incoherencia total. Este calesero es puro veneno. Aspid, sal de tu cueva.
Oye 9:44, qué sentido tiene ser tan obsecado y desagradable, man? Is that what you call love?
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