Erótica, en tres espejos
Por fra. Erasmo de la Cruz
Erótica viene, danzando
Su danza de niña brava,
El Diablo la ve de lejos
Y se le cae la baba.
Cuidate, niña atrevida
Que es el Malo quien te
alaba;
Mas ella toca sus muslos,
Sus pechos y danza su
danza.
Cómo puede el malo
tocarme
Si él sólo la muerte
danza;
Yo soy la niña valiente
Y si viene le alzo mi
falda.
El Diablo baboso se pone
Dos esmeraldas por ojos
Para encandilarla —dice—,
Para la niña brava.
Cómo bailaba la niña
Hasta que el Diablo la
enlaza,
Con una mirada verde
Y un clavel en la bocaza.
Vanse los dos bailando
Donde nadie loa alcanza,
En tres espejos la
esconde el Malo
Y ella danza que danza.
De espejo en espejo va
Erótica
Bailando su danza brava,
Perdiéndose en la
lascivia
Del verde que la
aprisionaba.
Un espejo, el fatuo
viento
Le lleva las carnes
blancas;
Un espejo, el vano azogue
Envenénale la rica alma.
Erótica baila y baila
Y el espejo la realza;
Cadáver todo de mármol
Que danza su danza brava.
Qué te has hecho, niña;
Dónde tu seno turgente
Y tus piernas de garza
blanca;
Dónde, niña, tu vientre.
La Muerte baila que baila
Saliendo de los espejos,
El Diablo se limpia la
baba
Y se quita los ojos
verdes;
Se duerme el Malo
tranquilo
Sobre la niña que inerte
Sueña que danza su danza.