The kindle solution
El interés en las estadísticas de blogspot puede ser más o menos superficial, si después de todo se trata sólo de la presencia; que no es sólo esa presencia en sí, aunque tampoco se trate de algún impacto real, sino de la de una opinión en un mundo formado —hasta la saturación— de opiniones, y que por tanto funciona como una burbuja autorreferencial. No así con las de Kindle de Amazon, que reflejan ventas de libros de los libros también reales que se hacen; porque estas, con toda la retorcedura que implican en su análisis, se refieren a objetos [bienes] concretos a la vez que virtuales.
Las estadísticas de Kindle son retorcidas, porque no ofrecen cifras positivas y cuantificables; sino que ofrecen índices aleatorios de relevancia, búsqueda y venta real —sin esas cifras—, por medio del best-seller ranking. Este último, que sería el más importante, es sin embargo un índice elusivo; partiendo de premisas como el alcance mundial de Amazon, ha de acomodarse a concicionantes de mercado como el idioma y el tema. Para un mercado aún sumergido como el libro electrónico, todavía emergente, y además en español, colocar dos títulos en ese ranking de best-sellers con puestos inferiores al 500 000 es una experiencia grandiosa; sobre todo si la gestión no es residual, sino que cuenta con apenas un par de meses, y su temática y lenguaje no son además populares.
Pero a eso, que ya sería suficiente, habrá que añadir aún las otras experiencias un poco más intangibles; porque ese universo, prácticamente monopolizado por el gigante que lo patrocina, es la bisagra a la nueva naturaleza de la venta del libro. Con el e-Book, en todo caso, la relación con el libro es más auténtica y funcional, menos fetichista; porque un libro es un libro, es [sólo] un libro, pero dígale eso a alguien que confunde su ego con el amor a la literatura y quiere ser escritor en vez de simplemente serlo. No obstante, lo último de la publicación electrónica ha sido incorporar la referencia también electrónica de otros libros electrónicos; es decir, el paso definitivo a otra sensibilidad y modo de conocer y hacer las cosas, ya suficiente en sí. Eso, además de devolver al escritor la opción del casi anonimato del libro en el estante; sin la necesidad del cenáculo ni el histrionismo de la lectura pública, así como se descubrían las cosas cuando no era importante comprar un libro sino leerlo.
Nota: Aunque smashwords promete un margen mayor de ganancias y alcance, eso es relativo; primero porque como operador no tiene el mismo impacto y la suficiencia que Amazon, aunque su radio de distribución sea mayor; y cuando el libro entra en esa red de distribución, el margen de ganancias se contrae y empareja con el de Kindle. Además, smashword sólo acepta documentos en word y 5 MB de tamaño; lo que reduce mucho las posibilidades de formato y extensión final del libro, sobre todo limitándolo en cuanto a ilustraciones y referencias.