Thursday, April 2, 2015

Realismos

Por Ignacio T. Granados

Comprar en Kindle
Sólo Dios sabe qué reacciones habría provocado Homero de haber escrito la Ilíada sin la participación de los dioses; simplemente porque la comprensión de la realidad los incluía, aún como su determinación lógica,  habría sido entonces incomprensible sin su concurso. Se trataría de que en tanto representación,  en literatura la realidad no es nunca la realidad sino su comprensión;  y aún esta tampoco se basaría en la realidad misma, sino en una interpretación suya, no menos espuria. Será así que toda literatura conlleve en sí misma la pretensión y voluntad de realismo, siquiera formal como esa condición suya; la tuvo el Gilgamesh y toda la vasta epopeya de la India, como la de la inagotable Europa, como no podría ser de otro modo. Otra cosa es el realismo temático, que se diferencia de lo anterior porque hace de la realidad y no de su dramatismo su objeto; y que por eso mismo es imposible incluso al reducirse a la más pura interpretación, que en ello ya es distinta de su objeto, porque esta interpretación no deja de ser espuria,  y vuelve condenada a la representación simbólica.

Eso lo demostraría la épica moderna que fue o pretendió ser el realismo socialista, sustituyendo a los dioses por ideales; no menos arquetípicos que los dioses de los que se burlaba altanero, aunque sí más pintorescos en su propia irrealidad de abstracciones más radicales que toda determinación divina. Cuando Zeus alzó su propia prepotencia contra la de los titanes, estaba sentando las pautas de la cultura en nuestra representación de lo real; 
Comprar en Kindle
esa oscura dinámica que como determinación se curva sobre sí misma y gira graciosa en la dialéctica histórica. Igual que la revolución de Akenatón en Egipto, porque se trataría de la imposición de los tiempos históricos sobre la prehistoria extensa; al menos de los primeros Intentos, siempre esforzados, para conseguir ese mínimo avance con que Fi sigue siendo la cláusula de Dios, su misterioso poder y significado.

Después de todo, los sumerios afirmarían que toda construcción debía llevar alguna imperfección para su propia sobrevivencia;  ya que una excelencia suya ofendería a la divinidad, como una expansión suya en asombrosa autonomía, ilógica en ello como una soberbia. Esto último podría ser apócrifo en su monoteísmo incluso blasfemo e insólito para el panteón sumerio, que antecede a la vocación abrahánica; pero no por eso será menos exacto y descriptivo, ya que sería por la falencia de la imperfección por donde se posibilitan los desarrollos. Así también,  el fisiologismo filosófico y el racionalismo, como el realismo literario, serían el mismo gesto en su idéntica función;  otro mínimo avance,  de poco más de grado y medio, en la esforzada organización de esa artificiosidad que es la cultura como el complejo sistemático en que se realiza la naturaleza artificial de lo humano. 


Seja o primeiro a comentar

  ©Template by Dicas Blogger.

TOPO