El sensible zarapico ataca de nuevo (En el centenario de Samuel Feijóo)
Comprar en Kindle |
Basurable, desmondongados, guturaciones, micada, exhaustación,
insentido, atropamiento, clausurantes, enlutece, desflagadores, kafkear,
proustiar, modernómanos. A este arsenal nos enfrenta la doctora Silvia
Padrón Jomet con el libro Samuel Feijóo, conceptos y anticonceptos;
derivado sin dudas de su título anterior, La dimensión cultural de Samuel Feijóo
(2005), y que llega en formato electrónico bajo el sello de Ediciones
Itinerantes Paradiso (EdItPar). Acercarse a una figura como Samuel Feijóo es un
acto complicado, que se da entre la adoración y el sacrilegio; pero que por
sobre todas las cosas exige una gran ponderación, para poder aquilatar a una de
las figuras más enigmáticas y singulares del panorama cultural cubano. Este ha
sido el propósito monumental de la profesora Silvia Padrón Jomet, que aporta en
ello el lado sacro; pero en el que se sostiene el sacrilegio (sibarita) de un
disfrute de esta cultura que nace del mismo culto que le dedicó este autor
monumental, su mejor cultor. Feijóo era de todo
menos modesto, pero poseía una ingenuidad capaz de suplir esa modestia tan
necesaria en intelectuales de su taya; y que siendo tan escasa en el país,
puede explicar el repelús con que la gente pasa de lo mejor de este panteón, a
menos que casi se lo exija alguna especialidad.
La diferencia puede que estribe
en la generosidad, como ese peso moral que calibra la inteligencia; y que en
este caso le habría permitido replegarse, como figura él mismo, tras un trabajo
espeso de etnografía y folklore, que lo hace la personalidad más descollante de
ese campo en Cuba. Al brillo de nombres como Lidia Cabrera o Fernando Ortiz,
podrá oponerse la estrechez relativa de su campo de acción; pero como una
paradójica amplitud de lo campesino, que prácticamente obsesionó a quien se
diera en llamar a sí mismo como el
sensible zarapico. Ahora ese ser así sensible
ataca de nuevo, en esta pasión con que la doctora Padrón Jomet lo rescata para
una posteridad que se avisa problemática; ya que la gran peculiaridad de estos
tiempos es la falta de esa generosidad que permite reconocer el talento ajeno
como base para la continuidad de una cultura, y que ya no es un objeto común.
Nadie mejor que la doctora Jomet para este rescate, con una trayectoria profesional
que incluye múltiples títulos e investigaciones académicas; la mayoría en el
mismo campo que definiera el perfil de Feijóo, sin dudas debido a su
magisterio, pero sobre todo por su peso para redefinir el mapa cultural cubano
desde el centro de la isla, donde reside Jomet. Jomet nos da entonces aquí una
gran lección de humildad y generosidad como muestra mayor de inteligencia, pero
también de gracia; al acercarnos ese gracejo que atrayendo al maestro como la
realidad del campo cubano, lo hace recrearlo a su propio nivel intelectual.
Feijóo es una figura
interesante sobre todo por ese carácter renacentista, que incluso lo definía en
toda su excepcionalidad; pero sobre todo en ese pragmatismo que le permitió
comprender que es en lo popular que se renueva y extiende la cultura, abocada
al agotamiento y la decadencia con la especialización elitista. Eso explicaría
la otra inteligencia, también mayor, con que él escogería permanecer en el segundo
plano de provincias; donde igual era una institución, pero por su infatigable
labor de recolección e investigador, asentada en su propia sensibilidad
artística. Por su parte, este libro de Jomet sobre Feijóo es contradictorio en
algún sentido, ya que su propuesta misma puede ser insuficiente; por más que se
trata de un prontuario ya riquísimo, en aquella vieja tradición de los
catauros, y que nadie mejor que Feijóo para centrarlo con su propia riqueza. El problema ahí es
de dimensiones, pues como principio esta sería una labor de equipo total; pero
no estando en manos de la autora esta última determinación, ella misma aclara
que se trata sobre todo de un movimiento inicial, dirigido al estímulo de la
curiosidad y el acercamiento.
Para comprar el libro |
Aquí está en todo caso un libro con la facultad
del alfabeto feijosiano, como introducción a una hermenéutica y epistemología;
pero que exige cautela, pues aunque cuenta con curiosidades como la falta de
una extranjera letra K, tampoco cuenta con la Ñ de ñáñigo, por más que se trate
del centro [¿isleño?] de la isla; y en cambio cuenta con una tan extranjera
como exigua W, que se reduce a Whitman. Esto último puede deberse a la
enormidad misma del esfuerzo, que hace que mengüen las entradas a medida que se
avanza en el libro; pero recordando siempre que, igual, se trata solo de un
estímulo para la curiosidad y el acercamiento, como no puede ser más que otro
alevoso ataque de aquel, el tan sensible zarapico.
Seja o primeiro a comentar
Post a Comment