Friday, February 3, 2017

Observados, mujeres que miran a los hombres

Observados se anuncia como el primer trabajo audio visual de Marta Monrabal, aparecido bajo el sello de El dragón de Hipatia; y es también la primera señal de cuán interesante puede ser esta mujer, que ha aparecido gracias al poder ubicuo de las redes sociales. Observados es en todo caso, y como la firma de que lo patroniza, un producto suficiente; que se reduce a la recreación de la sexualidad femenina en su interacción con los hombres, sin tapujos ni mayor elaboración. En ese sentido, es una serie de episodios en que las mujeres observan a los hombres; y que durando trece minutos, es un poco largo y repetitivo, aunque hermoso siempre y en cada uno de sus aspectos.

La experiencia es mixta, pero no se debe a que la autora necesite un mayor desarrollo, tampoco parece importarle; ni tiene que importarle, pues lo suyo es la recreación plástica de una experiencia humana como la sexualidad, y específicamente la femenina. Es eso, mujeres que observan a los hombres y prácticamente se los comen, en el sentido metafórico y malicioso de la expresión; y lo mejor, reduciéndolos a su más puro valor objetual, ignorando la identidad sexual y de género de los mismos. Lo curioso es ese desparpajo, que es además tan femenino que luce como un acto de madurez, en que simplemente se asume la propiedad del deseo; hasta el punto de que en esa objetualidad, pareciera que ni siquiera importa el consentimiento de los hombres, y no sólo en la cuestión de la identidad.

libros en Kindle
Son tan descaradas estas mujeres, que sobrevuela la sospecha de que todas y cada una sean la misma que se plantea el filme; lo que no es importante, porque el resultado es de una plasticidad sencillamente abrumadora, con esa seguridad de mujer que sabe lo que busca y lo obtiene. Hasta cierto punto, como defecto, ese carácter genérico de la belleza masculina, un poco femenil y recurrente; lo que no obstante puede ser parte de esa reducción objetualista, que hace portarse a los hombres como los ángeles de Victoria en reversa. No hay que olvidar que la androginia es también un fetiche sexual bastante común entre las mujeres; que de hecho transitan de la experiencia hetero a la homosexual con menos traumatismo que los hombres. También puede que eso sea la mera justificación dramática para detallar punto por punto esa belleza, que siendo superficial es sin embargo y también compleja; viajando de paisajes recurrentes como los cañones de la barba naciente al hueco de la clavícula bajo el hombro, del pezón casi adolescente al acto de delinearse las pestañas.

Vea el filme aquí
Son detalles como estos los que guiñan sobre esa suficiencia de la mujer que observa, sin necesidad siquiera de poseer; una facultad que falta sin dudas en los hombres, incapaces de detenerse en ese momento supremo de la tensión erótica, saltando del deseo a la consumación. El único referente de ese tipo puede ser el filme Tensión sexual (2012), de los argentinos Marco Berger y Marcelo Mónaco; pero muy de lejos, pues la temática de los argentinos está marcada precisamente por esa urgencia posesiva de la sexualidad masculina, por más homosexual que sea. En todo caso, la relación estaría dada por esa naturaleza tan singular del deseo, que parece siempre suficiente en sí mismo; de modo que, sin necesidad de reciprocación, resulta en un alegato a favor de la individualidad, y contra los mitos del amor romántico, tan vicioso como el matrimonio por interés.

Observados es así la postulación de nuestra animalidad como algo bueno y racional, y en ese sentido posee un discurso político; que, apelando a nuestro hedonismo, nos invita con galantería a dejar esas manipulaciones sentimentalistas con que el amor resulta un atentado a la individualidad del otro. Observados, en su desparpajo nos habla de respeto y comedimiento, algo que sólo podrán enseñarnos las mujeres; también nos da licencia para que posemos lánguidos como ninfas, sabiendo que en la selva de la calle hay lobas relamiéndose con nosotros.


Por supuesto, en términos técnicos la actuación plausible es la de las mujeres, y en ese sentido todas son gloriosas; no que los hombres lo hagan mal, sino que como son simples objetos, lo cierto es que no cuentan más que el decorado. Todo el equipo técnico despliega un trabajo primoroso, desde la edición a la fotografía y la luz; hasta el punto de que pasa a segundo plano, en plena función del filme mismo y sin robarle protagonismo, en la más absoluta integración. Eso dice del poder de Monrabal en la dirección, como una proyección muy prometedora, que plantea interrogantes sobre sus intereses; pues siguiendo la línea de El dragón de Hipatia y este filme como una confirmación, puede resultar en el mero hedonismo como su sello, en un género nuevo y suficiente.

Seja o primeiro a comentar

  ©Template by Dicas Blogger.

TOPO