¿Qué es el italiano sino latín mal
hablado, qué el español o el francés sino un latín mal hablado?; así que cuando
decimos que el Gullah Geechee no es más que un inglés mal hablado, tal vez
estemos hablando del próximo desarrollo de Occidente; comenzado hace tres
siglos, como cuando los germanos tomaron Europa a los romanos con un movimiento
despacioso y constante. Si los romanos
hubieran tenido una institución poderosa como las modernas Academias, no
habríamos evolucionado a nuestras lenguas actuales; como nuestras madres y
familia corrigiendo nuestra manera de hablar, que es la forma de expresar nuestra singularidad.
El único problema es que estas lenguas alcanzaron la madurez con su literatura, mientras nosotros persistimos en la literatura oral; pero eso es lo que es
una lengua, y eso es lo que está en una literatura escrita, opuesta a la tradición
hablada. La tradición es una herramienta
referencial para guiar el comportamiento y reflexionar sobre él, no para
entender el mundo; eso es lo que hace la literatura, estableciendo la
estructura de la frase, para vincularlo todo (cosmos) en un drama.
Ahí está incluso el hecho innegable de cómo nace la
lógica, no de las matemáticas sino de la gramática; cuando Aristóteles organizó
la relación y los vínculos funcionales entre el sujeto y el predicado, con su Órganon.
No en vano los viejos maestros fueron llamados gramáticos antes que filósofos
propiamente dicho, en lugar de matemáticos; pero todos los filósofos modernos,
que condujeron a la distorsión de la lógica, eran magníficos matemáticos, no
gramáticos.
Desde Pitágoras postulando su intuición
como un hecho, o el Platón que no la cuestiona, hasta Descartes; desde este
último hasta Kant y Hegel, de este a Heidegger, entendiendo que algo andaba mal
en esto. La historia del pensamiento occidental está llena de matemáticos,
incapaces de entender lo real en su complejidad;
porque en lugar de la flexibilidad de la literatura y las artes, con su reflejo
de la realidad como objeto, fuerzan su determinación.
Igual no importa, todas esas lenguas lucharon durante
siglos, desde los primeros movimientos hasta su madurez; pero puede que ya sea
hora de esta transformación definitiva, organizando la comprensión del mundo
como un cosmos. Ni siquiera ese primer intento de la Biblia Gullah es
suficiente o siquiera bueno, en este sentido de las herramientas hermenéuticas;
porque no supera la insuficiencia de la narración tradicional, como un referente
moral, no una herramienta para la racionalización, que es de lo que trata la
hermenéutica. La Biblia no es un paso, como tampoco
los manuales de gramática, porque son solo una interpretación convencional; que
trabajando como el mismo esfuerzo de cualquier Academia, no puede reflejar
la realidad en sus complejas funciones.
Como reflejo de la vida, las lenguas
están vivas, y la Gullah Geechee necesita respirar por sí misma; eso es lo que
Adán hizo nombrando las cosas, para darles una función humana específica, a
través del esfuerzo hermenéutico de entender el mundo como humano. Eso sería lo que la Gullah Geechee está llamada a ser, como último paso
de un occidente que lucha por comprender su propia naturaleza; una comprensión
ya distorsionada por la crítica de sus convenciones, llevando a la distorsión
de la lógica debido a esta insuficiencia.
Eso es entonces lo que es una
literatura, como organización última del lenguaje, en la madurez de un mundo;
que puede entonces organizar nuevas convenciones como una nueva forma de vida, dando
a la humanidad los nuevos espacios que necesita para crecer. Todo esto es importante por algo más que su mera postulación, referida sólo a una cuestión de política y equidad; es importante porque el
problema Gullah Geechee no es solo un problema de identidad (política) o
equidad, sino que resuelve la contradicción ontológica de la humanidad; y eso
es más importante incluso que la injusticia de la historia, y es lo que es un idioma, y su literatura como su
etapa de madurez y suficiencia.
Seja o primeiro a comentar
Post a Comment