Necrofilia de la UNEAC en la Comisión Aponte
Al velorio del dramaturgo Eugenio
Hernández Espinoza no asistió una representación de la UNEAC; tampoco de la
famosa comisión Aponte, que se supone que rescata y resalta los valores de los
negros en Cuba. El vacío, no importan las causas, destaca la vaciedad de los
esfuerzos políticos, en tanto retóricos; si de verdad esos organismos fueran
representativos, habrían corrido con el evento mismo, no ya su asistencia.
Ahora lamentarán el error, no por lo que
significa, sino por haber dado argumentos al “enemigo”; como si un negro que
habla de negros fuera un enemigo, y no el que se presta para esos manejos, que
son siempre de blancos. Que la UNEAC evidencie su naturaleza de esta forma, no
es extraño, está en esa naturaleza suya; pero que lo haga la Comisión Aponte,
erigida para corregir estas falencias, ya es el colmo de la desidia.
Después de esto pueden seguir con lo del interés humanista, o la autenticidad de su negrofilia; igual nadie les va a creer, como nadie le cree desde hace mucho, que esto es ni para denuncia. Esto es sólo para recordarles la inconsistencia, que hace comprensible sus constantes manipulaciones; como esa de Zurbano recreándose en la maternidad de Georgina Herrera, para burlarla en su misma muerte.
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