El enigma Morúa, una introducción
Por eso, por ejemplo, compara —en
apéndices— al desarrollo excepcional que produjo la singularidad política
griega; pero no con relación a los últimos procesos políticos de occidente,
sino a su paralelo en otra excepcionalidad, africana. De estos contrastes está
lleno el libro, como el que propone una comprensión de la historia distinta de
la dialéctica; con una introducción a la trialéctica, como propia de la
realidad, que sería a su vez la naturaleza de lo histórico.
No obstante, esta dificultad es
ineludible, incluso si eso significa postponer en el tiempo el impacto de este
libro; porque se trata precisamente de otro paso en el desarrollo de un Nuevo
Pensamiento Negro, como otra tradición. Especialmente importante en este
sentido, trata entonces de corregir el eje antropológico de la cultura
nacional; moviéndolo desde su mito fundacional a una comprensión más práctica
de estas determinaciones históricas suyas.
Otro aspecto interesante de este
acercamiento a Morúa, parte de este mismo acercamiento antropológico; que en
esa comprensión de la historia, lo sitúa en uno de los extremos trico y no
dicotómicos de la contradicción. Los otros dos extremos serían el de Estenoz —ensombreciendo
la función angular de Ivonet— y Juan Gualberto Gómez; y más allá de ellos, las
de Fidel Castro y Toussaint L’Overture, estrechando al Caribe y desplazando la
centralidad de Martí.
Se trata por tanto de una visión
compleja, de un fenómeno que es ya muy complejo, sin reducirlo en sus
determinaciones; y de ahí su contradicción, de rehuir la especialización
convencional, pero con la suya propia, como emergente. Su índice de lecturas
complementarias, aparte de la bibliografía directa, es igual de aleatoria y
contradictoria; pero imponiendo en ello su propio objeto, en la determinación
trascendente de lo real y su comprensión.
Esta es la contradicción corregible
por la cultura negra en su emergencia, pero distanciándose de toda
convencionalidad; siquiera atravesando ese espeso matorral del verdadero
cimarronaje, fuera del ámbito doméstico de la academia. Por eso este
acercamiento pretende solucionar el llamado problema negro, pero deshaciendo su
artificialidad; que es por lo que esta personalidad de Morúa Delgado es tan
central en la historia de Cuba, como su corrección capital.
Esta edición está acompañada por la de el Ensayo político del mismo Morúa, y del que se extrae su antropología; como esa comprensión de las determinaciones ontológicas de lo cubano, en la base de una verdadera tradición nacional de pensamiento. Con el subtítulo de Cuba o la raza de color, este ensayo de Morúa es una de sus fuentes más y peor citadas; con lecturas sesgadas, que disuelven en datos puntuales el alcance de su sistematización tan original del problema racial.
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