No es extraño que este libro sea desconocido en Cuba, si la etno-antropología
cubana se mantiene como occidental; es decir, estructurada alrededor de esta
cultura en su etnocentrismo, y por tanto dirigida a sus objetos propios. Sin
embargo, no es casual que este libro apareciera en la primera mitad del siglo
XX, con la decadencia de ese mundo; que ya rebasada su apoteosis moderna, con
la postmodernidad, cede a la emergencia de su marginalidad cultural.
Como principio, la amplia población bantú de Cuba justificaría un
desarrollo de este tipo, no sólo en esta marginalidad; sino por su misma
determinación de la cosmología nacional, en el desarrollo de su mestizaje como
cultura. Todo eso sin embargo, tiene valor existencial y no político, que es
por lo que explica su marginalidad; en la que incluso los grupos sociales
supuestamente interesados no se interesan, dadas sus propias prioridades
políticas.

Gracias a Dios, de todas formas incluso la postmodernidad discurre en esa
decadencia moderna, con este desarrollo; que en tanto emergente, saca a la luz
los instrumentos epistémicos, ajustando la comprensión del mundo. Esta edición
viene de la mano de Ángel Velásquez Callejas, y es mediocre, pareciendo incluso
mecánica; al menos por detalles como el de la página catorce del libro, en que
se conserva una duda sobre el término original. El término en cuestión es evolué,
que el traductor original conserva en francés por falta de equivalente inglés;
pero que a estas alturas todo el mundo —excepto los traductores automáticos—
sabe que se refiere a civilizado.

El problema ahí es de contexto, naturalmente ambiguo en su primera traducción,
pero no con experiencia lexicográfica; que es lo que permite las dudas sobre la
calidad de esta traducción, e incluso su legitimidad y sentido. Este traductor
último es conocido por desastres exegéticos anteriores, como la corrupción de
una novela interesante (
Erótica); a la que rebajara a manual de auto ayuda, con
una teología deficiente como la del llamado poeta en acto.
Nada de eso sin embargo es importante, porque el libro existe en sí mismo,
y las personas pueden acceder a él; incluso con esos defectos, que aunque
graves son perfectamente corregibles por cualquier realmente interesado. Eso es
lo importante, porque más allá de esa técnica de seudo metafísica del poeta en
acto, retiene su alcance propio; que no sólo es cosmológico, sino que realmente
corrige los excesos idealistas de la ontología occidental, con su realismo.
Por supuesto, para entenderlo, habría que partir de un contexto
epistemológico propicio, como el realismo Trascendental; cuya ontología, partiendo
del caos cuántico, se reconoce en ese realismo, étnicamente aguado en el
occidentalismo. Eso sí, este reseña no está escrita usando fuentes de segunda,
sino que parte de una lectura calma e interesada; que gracias a ello pudo
sobreponerse a esos defectos intrínsecos, hasta el punto de ciertamente
recomendar el libro.
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