Acerca de la excepcionalidad: Por qué es diferente EdItPar?
Primero que todo porque no se trata de coordinar una impresión
sin mayor criterio, no es precisamente una empresa de servicios; es sobre todo
un proyecto der arte en sí mismo, al que por tanto se invita o del que se
excluye a los artistas, según el perfil definido del proyecto. En este sentido,
en Miami existen multitud de sellos y no exactamente proyectos editoriales; la
mayoría son empresas encabezadas por escritores, que en un esfuerzo un poco retorcido de promoción,
centrado en su propia relevancia como figura intelectual, ofrecen este servicio.
Esas empresas están destinadas al relativo éxito que se proponen, de eso no hay
dudas; ya que construyen su público precisamente en la clientela que les provee
material de trabajo, en lo que sin embargo puede ser un crecimiento engañoso,
Para explicar eso anterior, baste recordar que el éxito se
traduce hoy día en relevancia individual y no necesariamente en impacto
efectivo; un esquema construido sobre la base del mero talento común al
artesano, y no en el genio que distingue al artista por su excepcionalidad. De ahí
que la empresa editorial sea a nivel local una institución precaria, no importa
su alcance y expansión; porque su relevancia no alcanza a distinguir un
producto legitimándolo, sino legitimándose ella misma con ese producto, que
puede no ser legítimo en lo absoluto. Todo eso conduce a la irrelevancia total
a más o menos corto plazo, porque nunca alcanza a distinguir al artista de la
media; que incluso si se trata de una media alta no deja de ser una media, y
por tanto de ofrecer un producto mediocre. Recuérdese en este sentido la
práctica común de antologarse junto a genios, aprovechando alguna coyuntura tan
casual como oportuna; con convocatorias que no desmerecen en nada frente al
clientelismo que caracteriza a la prensa cultural y el intercambio de premios
más o menos espurios.
El arte en tanto arte y no mera artesanía, en cambio, se
caracteriza por esta excepcionalidad que hace que su producto sea único; lo
cual, además, responde a muchos otros y sutiles criterios. El éxito de estas
empresas, por demás, es entonces relativo, lo que se nota en que no afecta
realmente el status de los autores en ningún sentido; contribuyendo más bien a
la saturación de propuestas, como la industria china, en el abaratamiento del
producto final, que es así genérico. De ahí fenómenos casi perversos, como el
que se puede llamar estilo Miami en ilustración de portadas, formato y hasta
mercadeo; y con el que eventualmente se
afectan a todos los artistas, en dependencia de la ansiedad que tengan por
participar de la cultura local con un falso sentido de élite.
De eso es de lo que no trata EdItPar, que en tanto proyecto
de arte cuida la excepcionalidad total de su producto; no sólo basándose en el
talento, que ya es común a la media poblacional, sino en ese interés extremo
que lo hace excepcional. Esto se ve sobre todo en que no se alimenta de autores
locales ni contemporáneos, sino que consiste más bien en la actualización de
mitos excepcionales; en los que esta característica es incluso obsesiva, como
garante de la calidad extrema con que se valora el producto. Ese elitismo es el
que permite otras características también excepcionales, como la manufactura
verdaderamente artesanal de sus libros; con lo que tiene en cuenta incluso las
últimas transformaciones del mercado y trata de acodarse en ellas. Este es sin dudas el punto máximo de excepcionalidad, al
navegar en esta transición entre los libros tradicionales y los electrónicos;
en la consciencia de que el éxito del libro electrónico no es aún masivo, dada
su característica de generacional, pero que no alcanza a justificar la tirada y
mercadeo del libro tradicional sino en base a esta posible excepcionalidad
suya.
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