Crítica problematización de casi todo en el mundo
Obviamente un problema no es nunca ese problema, sino que es
la suma activa de una serie de ellos; en cuya sinergia sería que se alimente
uno en específico, que se subordina los demás en la generalidad de un estado
crítico. De ahí que sea tan difícil y complicado resolver el problema que nos
aqueje, cualquiera que este sea; no importa lo simple que sea en o como
principio, siempre tendrá la perspectiva oprobiosa de todos los otros que lo
empujan a la superficie. Ante el problema, no queda entonces sino aceptar su
presencia ominosa; igual que no se le ocurriría al alpinista enfrentar inútil y
peligrosamente la avalancha sino dejarse llevar, consciente de que con suerte
arribará al momento en que amaine.
De esta forma, la suma activa de los problemas enmascarados y
subordinados no nos sobrepasa; por el contrario, asentado el primero aflorará
el segundo, y así sucesivamente, aunque el último permanezca aún indistinguible
en la amorfa masa. Es así que establecida la corte de calamidades, se le puede
ya diagnosticar y tratar separada y racionalmente; que es en definitiva lo que
termina por disolver esa problematicidad nociva de lo que en últimas no pasa de
una inoportuna singularidad.
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