Thursday, May 6, 2010

Neorrabioso

Desde hace algún tiempo, lo último en snobismo literario se distiende con la realidad de que el orden de las letras no altera el sentido de la palabra [Tu miami blog]; por suerte, el descubrimiento, que no es nuevo, resulta diveryido, y presto a la broma a la iconocraia. He aquí, sin embargo, que por vías más simples, el poeta neorrabioso descubre eso por sí mismo; como con el huevo de Colón, será verdad vieja, pero no por eso menos descubierta. Mejor aún, el alcance que le presta, ontológico; porque Neorrabioso blande su iconoclastía y adarga al brazo defiende a su dama, con ese ademán delicioso y epatante del Quijote diacrónico ante una tinde de chinos:

Saussure en las tiendas de chinos

Se lo conté el miércoles a Verónica y todavía está pensando en denunciarme a la Oficina de Inmigración. La historia es como sigue: suelo comprar en dos chinos muy pequeños, uno situado al comienzo de la calle Doctor Ezquerdo y otro en la Avenida Ciudad de Barcelona, y, como los que atienden no saben muy bien el español y yo soy el culebro Satanás, me gusta pedirles los productos con alguna letra o sílaba cambiada:

–Seis lanas de cerveza mahou, por favor.
–Una raja de galletas maría fontaneda, por favor.
–Un pote de tomate orlando, el más pequeño por favor.
–Un cabrón de huevos, que sea de docena, por favor.

Probad a hacerlo en vuestro barrio: veréis que siempre lo entienden todo y te sirven sin fallo los productos que has pedido. Si sois más rasputines aún, de esos que no tienen llave de vuelta, podéis permitiros audacias mayores:

–Seis fragatas de cerveza mahou, una jirafa de galletas fontaneda y un paquebote de tomate Orlando, por favor.

Aunque para que salga bien esta audacia debéis decir muy rápido “fragata”, "jirafa", "paquebote" y muy despacio y nítido todo lo demás, os aviso.

La conclusión que extraigo de estas travesuras neorrabiosas es la siguiente: la poesía y su hija la precisión están sobrevaloradas. Lo esencial de la comunicación radica en el receptor, en el deseo o interés por ser escuchado. No existe poeta ni recitador tan pedestre que no pueda ser salvado por un lector u oyente atento.

Quién iba a pensar que los chinos me fueran a enseñar más que Saussure.

Nota: La imagen lleva al blog original, Batania

Seja o primeiro a comentar

  ©Template by Dicas Blogger.

TOPO