Thursday, November 16, 2023

El Capitalismo como estafa

El mercado, como la mano invisible que regula la realidad, es una imagen tan romántica como la del socialismo; de hecho es una teoría, surgida al calor de los debates teóricos suscitados por los socialistas utópicos. Por eso, como la teoría económica del Marxismo, esta que la contesta responde a su misma determinación; que no es nunca la realidad, sino su comprensión por una élite que ha perdido el sentido de lo real con la especialización.

La economía moderna es industrial, por el mercantilismo en que decae el medioevo con el renacimiento del mercado; pero como una realidad más compleja que las meras relaciones de producción, al darse sobre una estructura política. Esta complejidad se debería entonces a que no se trata de un nacimiento puro, dado en esas relaciones de producción; sino de la transformación de una estructura política ya dada, que cambia sus determinaciones internas.

Por eso, la reducción de la economía a esas relaciones productivas es tan excesiva como su otra reducción a las políticas; que de hecho es posterior a la primera —por el Marxismo—, con el ajuste leninista de Carlos Marx. Este ajuste del Leninismo, se debería precisamente a la deficiencia teórica Marxista, con su economicismo excesivo; pero igualmente excesivo en esta corrección, por la extrema politización, que como la otra desconoce toda relatividad.

Eso no es extraño, todos responden de algún modo conceptualismo idealista, que es el que desconoce la relatividad; así que se fabrican las teorías como los dogmas del catolicismo, con la única diferencia de que se dicen científicos. Por eso, los teóricos del capitalismo responderán a la misma dinámica teoricista, si es al Marxismo que responden; y todos —incluidos los marxistas— respondiendo a la preocupación de los utopistas, que era también teórica, y ninguna de ellos a la realidad.

Por eso todas esas discusiones son políticas, y remiten a la misma falta de solución que la de los universales; que de hecho resolvía teóricamente el mismo problema del capital, que entonces era teológico y no financiero. La última prueba de esto es el capitalismo postmoderno (neoliberal), que alcanza la apoteosis con la implosión socialista; pero no como el triunfo del mercado que proclama, sino su inflación artificial con la deuda pública, como el socialismo.

En efecto, lo que arrasó con la llamada área socialista no habría sido su ineficiencia económica, que era notable; pero que se debía a su carácter corporativo, en su organización como el capitalismo de estado del leninismo. Es decir, tal y como el capitalismo que le sucediera, ahora en la teoría neoliberal, con el funcionariado en clase ejecutiva; que como en el socialismo es intercambiable con la política, porque su especialidad es administrativa y no productiva; no importa la apariencia de capital privado d elas corporaciones, que en tanto públicas son igual de reguladas.

Lo que implosionó a la economía socialista, habría sido entonces la carrera armamentista, tan artificial como ella; y que alimentada por el presupuesto militar —no el mercado—, terminaría inflando la deuda pública, no la privada. En otra perversión, el índice de libertad económica sitúa a Estados Unidos en el veinteavo puesto; asombrando no ya que no esté en el primero, siendo como es el supuesto motor del capitalismo postmoderno; sino la otra estadística, que reduce a cinco años el promedio de vida de las medianas y pequeñas empresas; adjudicando el fracaso a su desorganización económica —como en el socialismo—, y no al lastre de su hiper regulación.

La falacia estaría en la mera formalidad de la contradicción entre los órdenes, ocultando exprofeso su complementariedad; por la que el capitalismo es sólo una abstracción crítica (moral) del economicismo político, por el puritanismo social. Eso es lo que explica su origen en los socialistas utópicos, como base para el barbarismo teórico del dogma marxista; como señuelo al ego, que desviará la atención de todos —incluido el inefable Weber— de lo real, con esa sublimación del socialismo.

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