El pragmatismo ontológico de origen africano, del epílogo a MogiNganga
En este sentido, la figura histórica de Shangó es la del tirano impopular,
condenado por sus excesos al suicidio; que debe acometer por mano de su esposa —como
naturaleza—, dado su propio alcance como expresión política. Esto no sería un
símbolo de valor moral —como desde el trascendentalismo histórico—, sino una
dinámica existencial; por la que en su realización, como expresión política, el
ser humano no puede sobreponerse a su naturaleza; actuando en función de sus
intereses, primero individuales y en ello de clase, corrompiendo ese
trascendentalismo.
Como Shangó —pero a diferencia de Oggún— Yemallá es una figura histórica,
asimilada a la divinidad de Olokun; refiriéndose al fin de la era de los
erumales[2],
más conceptual que la cosmogonía griega al concluir la era titánica con Zeus. Como
ejemplo, las personalidades asociadas a Shangó lo son también a la política, o
al menos a su pretensión; pero son en ello mismo trágicas y controvertidas,
tendientes a la violencia y la frustración existencial de esta realización.
En una explicación del ejemplo, un mitos primordial de Shangó explica su
tragedia, semejante a la de Heracles; al provocar la desgracia de su casa, con
la manipulación descuidada de sus poderes sobre el rayo, provocándole la
locura. Nótese que, con Shangó como figura histórica fundando la expresión
política de lo real, esto nace a su vez del agua; reproduciendo la dinámica de
la cosmogonía bantú, aunque no de forma consecuente sino confluyente en el
paralelismo.
En esa misma función, pero simbólica (política) más que eferente
(existencial), pasaría en la literatura contemporánea; en el trascendentalismo
del llamado Realismo Mágico, desde Santa Mónica de los venados, Macondo y Nueva
Venecia. No obstante, contrario a esos casos anteriores, ese espacio no es una abstracción
(Eidos) que culmina lo real; sino su potencia, a la que lo real acude en busca
de sus referencias, que son existenciales y no políticas como aquellas.
[1] . Cf:
Rómulo Lachatañeré, Op. cit. Nótese que, contrario al origen mestizo y popular
de Lachatañeré, la etnografía cubana es obra mayormente de blancos de origen
burgués.
Post a Comment