De la incompatibilidad de la mecánica cuántica y la relatividad general, como base para un realismo trascendental.
El sentido, no obstante, es propio de la observación y no de lo observado, como
esa determinación cuántica; que si no se da a niveles macro estructurales, como
en la teoría de la relatividad, es porque la observación no alcanza sus
dimensiones prácticas. Eso quiere decir que, aunque el fenómeno sea siempre
físico, está dado en una estructuralidad como naturaleza; cuya primera
determinación produce esta naturaleza como singularidad, que se realiza en
términos físicos.
Igualmente, la relatividad general no tiene —y probablemente no pueda—
responder a la mecánica de partículas; ya que no puede afectarla, si de hecho
no existe a ese nivel, que es anterior a la naturaleza de lo real como
singularidad. Lo importante en ambos casos es que se trata siempre de
propiedades de lo real, y por ello con valor formal y consistencia derivada;
que es la que los relaciona en sí misma, como propia del objeto real que se las
otorga, ya que ellas no son objetos suficientes, careciendo de esa consistencia
propia.
Sería erróneo pensar que un problema de actitud, en relación con sus
respectivos objetos, pueda superar esta dificultad; dada la exclusividad de la
experiencia de conocimiento en cada caso, como comprensión respectiva de los
mismos. Eso se refiere a la relación de los físicos con estos objetos
respectivos suyos, ya que ellos los determinan como esta relación; siendo imposible que
un físico que trabaje sobre la relatividad general no se convierta en uno que
trabaja sobre la mecánica cuántica, al momento en que cambie su acercamiento.
Esto haría pertinente, no sólo la necesidad de una mediación filosófica estableciendo
esa mediación singular; de hecho implica una repostulación del realismo, como
única comprensión sistemática de lo real en su unicidad inmano trascendente. El
espectro hermenéutico disponible, propio del Idealismo, sólo perpetúa la
contradicción en su inconsistencia, en tanto formal; ya que reconoce una
determinación de lo real en su trascendencia (espiritual), o en su inmanencia
(material), incluso como valores complementarios.
De ahí la reticencia de los científicos, a reconocer la confirmación del
trascendentalismo tradicional en la mecánica cuántica; insistiendo en un
presupuesto materialista, provisto por la hermenéutica al uso, que evite concesiones
espiritualistas. Un realismo trascendental, reconociendo la unificiencia de lo
real en su bivalencia formal, desconoce esa contradicción; concentrándose en la
comprensión propia de lo real, y sólo desde ahí en la de sus proyecciones
formales, como propias suyas.
Seja o primeiro a comentar
Post a Comment