Wednesday, December 21, 2022

De la comprensión de lo real II

La realidad como expresión de relaciones particulares a nivel subatómico, podría explicar el fenómeno del entrelazamiento; en tanto las partículas supuestamente entrelazadas podrían muy bien ser solo una, medida en diferentes ángulos de realidad. Por supuesto, eso tendría que ser comprobado con experimentos capaces de establecer esta identidad; pero si —como expresión de funciones relacionales—, la realidad es un estado, bien podría reflejar dichas partículas en más de un ángulo.

En otro supuesto, para que esto sea posible, esa extensión de la realidad tendría que ser curva y no plana; lo que de hecho tiene sentido, al resolver en ello el otro problema del volumen y las dimensiones físicas. En cualquier caso, debe quedar claro que el concepto de quantum se refiere a cantidad, ya de suyo medida; mientras que el de partícula se referiría al de peculiaridad (particularidad), propia de la honda expresada en esa cantidad.

Al respecto, el problema del determinismo e indeterminismo de la realidad (lo real) sería un falso problema; ya que se referiría a distintos estados (superpuestos) de esta, y por tanto posibles como propiedades suyas. En este sentido, el problema provendría de englobar toda la ciencia en el concepto único de física; que en realidad sólo podría describir las propiedades y fenómenos de nuestra realidad inmediata y propia, como naturaleza externa (physis).

Por supuesto también, los conceptos de naturaleza y externalidad serían relativos, en tanto propios nuestros; permitiendo la comprensión de todo aquello que exceda esta naturaleza, como su estructura interna (hipóstasis). Eso, como la substancia, se referiría al conjunto todo de lo real en estado de indeterminación; contrastando con lo determinado como positivo, en una condición propia de extrapositividad.

Todavía aquí hay un problema, dado que la substancia es simple —como realidad indeterminada— y no compleja; mientras que la hipóstasis se plantea como estructura interna, y por tanto no es simple sino compleja. Por supuesto el problema es artificial, y en ello de naturaleza ambigua, no exactamente consistente; ya que la substancia es de suyo una materia inteligida de la realidad concreta de las cosas, incluso si expresada en estas.

De ese modo, la substancia sería a la vez simple y compleja, dependiendo de la profundidad en que se la comprende; bien inmediatamente en la determinación del fenómeno físico, o en su indeterminación metafísica, como estados de suyo superpuestos. En cualquier caso, sería esta la que en su representación —como funcionalmente contraria a lo positivo—, se exprese como negativa; no porque sea posible un valor efectivamente negativo —lo que es un contra sentido—, sino para esta simple representación funcional.

Es aquí donde recurre el término de metafísica, como concepto más eficiente y descriptivo que el de física cuántica; al establecerla como un campo separado, que respondiendo a sus propios parámetros, no distorsiona al objeto con su observación. Mientras, el término de física cuántica plantea este objeto como extensión natural —y propia— de la física; distorsionando su comprensión posible, con su atribución de parámetros propios de la física (positiva), como negativos.

Igualmente, siendo la física una ciencia de micro y macro fenómenos, también sería sobrepasada por la astrofísica; que como ciencia de fenómenos hiper macro físicos, requeriría su propio set de parámetros. No obstante, estas proyecciones conceptuales partirían de la realidad histórica de lo físico, y pueden ser erróneas; el mismo concepto original de la metafísica respondería aún a conceptos físicos, induciendo los mismos errores de perspectiva.

De ahí la necesidad de una hipermetafísica, una intuición literaria de la misa época del apogeo de la física cuántica; estribando la diferencia en esa de que la metafísica lidiaría aún con la determinación de lo físico, en su trascendencia. La hipermetafísica, contrario a la metafísica —como propiedad de la física— comprendería a los fenómenos en su excepcionalidad; lo que se referiría —pues era una intuición literaria propia de su época— a una comprensión especial de estas determinaciones suyas, pero en sí mismas.

Contrario al hipotético caso de una hiper macro física, esto sería posible, porque se referiría a una condición interna; que en tanto propia de lo real en su expresión primera, permitiría esta comprensión desde su expresión posterior. En ese hipotético caso de una hiper macro física esto sería imposible, dada la falta de referencias objetivas últimas para dicha comprensión; permaneciendo siempre en el terreno especulativo, aún si abierta a un desarrollo posterior, dada la expansión continua de los instrumentos de conocimiento.

Debe recordarse que, en todo caso, los problemas para el conocimiento de las cosas son propios de sus instrumentos; que son los que brindan las referencias objetivas, como parámetros para dicha comprensión, en su sistematicidad. Téngase por ejemplo los avances en este sentido de la física cartesiana, a pesar de reproducir los problemas de la platónica; corregidos ya —en principio— por Aristóteles, pero deficientes aún por esa falta de especialización que corrigiera Descartes; corregible a su vez, a partir del uso de estos mismos instrumentos hermenéuticos suyos, con los parámetros originales de Aristóteles.


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