Cultura popular y marginalidad, contra el aserismo
Ver n YouTube |
En este sentido, el concepto de
marginalidad sirve como metáfora en política, más allá de su interés antropológico;
describiendo a los sectores que se desarrollan al margen de sus convenciones
propias, como marginales. La diferencia entre la naturaleza antropológica de la
primera acepción y la política de la otra, estaría en los intereses; pues el
ser social siempre tiene intereses políticos, por lo que no rechaza esas
convenciones, sino que es rechazado por la clase que las establece; mientras,
la clase popular no siempre tiene intereses culturales, y por tanto se trata —en
esos casos— de una auto marginación.
Por supuesto, eso último es
relativo, en tanto el sector marginal sí tiene una expresión cultural propia y
efectiva; que así funcionaría como un interés objetivo suyo, aunque —y ahí estaría
la diferencia— no consciente. Incluso cuando el sector marginal asume un
interés cultural, se trata más bien de su resultado político; no de la función
que cumple sino del resultado que obtiene, que percibe como una promoción de
orden político y social.
Ver en YouTube |
La marginalidad política, por el
contrario, sí es consciente de estos intereses suyos, y trabaja en pos de ellos;
pero es rechazada por las élites establecidas en la contradicción de sus
intereses, ya de clase y no individuales. Este rechazo obedecería entonces al
convencionalismo de estas élites, dirigidas a la satisfacción de sus intereses;
que en tanto propios son también especiales (elitistas), distinguiéndose en
ello de los de la cultura popular.
También por supuesto, las élites
intelectual y políticamente especializadas pueden confundir estos conceptos; ya
que en su distanciamiento, comprenden a
la clase popular como conjunto más o menos homogéneo. Es por eso que tratando
de manipularla en su propio beneficio, acuden al estrato marginal de la misma;
que siendo el menos convencional, por su falta de intereses especiales, es manipulable,
con la promesa de desarrollo aparente.
La factualidad del desarrollo
histórico es algo más complejo, que implica siempre la especialización
funcional; por lo que una vez promovida en la estructura social, la clase
popular deja de serlo, al no cumplir ya funciones populares. Otra cosa es la
marginalización de la cultura popular, con la promoción de su estrato marginal;
que sin embargo no contempla la promoción de esa clase popular, ahora estancada
en su propia marginalidad, tanto política como antropológicamente.
Ver artículo |
En el caso cubano, el punto de
inflexión habría ocurrido con el desastre antropológico de la revolución de
1959; al desmontar sistemáticamente desde entonces el entramado de convenciones
de la cultura popular, con su marginalización progresiva. No se trata de que el
proceso que comenzara ese mismo año, pero sí con su apoteosis ilustrada de los
siglos XVIII y XIX; que dando lugar al elitismo intelectualista de comienzos
del siglo XX, reproduce el catastrofismo político de la Ilustración moderna.
Seja o primeiro a comentar
Post a Comment