La vieja clase I, retorno a Milovan Djilas
En definitiva, la burguesía tradicional también se
alimentaba del proletariado, en ese mismo tipo de promoción; que siendo social,
en sus determinaciones económicas, se expresa ahora como política, con
determinaciones ideológicas. El problema estaría en la improductividad de esta
clase, especializada en la administración, no en la producción; que es lo que
hace que ese desarrollo obedezca a determinaciones políticas, con el
estancamiento de la estructura social.
Esto se resuelve a su vez en hechos concretos, en tanto
históricos, y no universales como los principios filosóficos; que incluso si tienen
a la historia como objeto —como el Materialismo Dialéctico— es sobre su
interpretación parcial. Aquí, esta emergencia de la clase media se refiere
exactamente al conflicto anglo francés, en el llamado imperio angevino; pero
comenzando con la usurpación carolingia del imperio franco, como base de la
cultura política francesa.
Esa es la estructura que trata de establecer el rey
franco Clodoveo, mimetizando la romana, pero sin su densidad comercial; con lo que produce
nuevas contradicciones, en su promoción de una clase media artificial, con su
política escolástica. Eso es lo que resuelve Carlo Magno, apropiándose de esa
estrategia cultural, pero en su propio determinismo; que ya no es económico
como el romano, pero que era de hecho imposible como el militar de la
aristocracia merovingia.
En principio puede tratarse de la misma estructura
clásica, con una élite burguesa, especializada en su administración; pero esta
responde a la jurisdicción imperial, como la que produjo la caída de Roma, no a
la aristocracia, como en su república. De ahí, esta tensión, a todo lo largo
del bajo medioevo, que es entre la burguesía y la clase media, no el proletariado;
y que en la base de la de la aristocracia y la monarquía, se alimenta de la
especialización política de la primera.
Esto no es un fenómeno universal sino puntual en tanto histórico,
produciéndose en direcciones no sólo contrarias; también se superpone en
situaciones contradictorias, según la mayor y menor flexibilidad de la
monarquía, en Inglaterra y Francia respectivamente. El fenómeno de que se trata
es la formación histórica del cuerpo cultural de Occidente, en su expresión
política; y que en ese momento gira en torno a las tensiones anglo-francesas,
tanto de su monarquía como de su estructura social.
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